domingo, 6 de mayo de 2012

Un invento de Amadeus. De Félix Pettorino.

El tuttituristeo del ensueño.

¿A quién no le gustaría turistear, salir a pasear por donde quiera, el Taj Mahal, en la India milenaria; Disneylandia en Miami, Estados Unidos; el Coliseo de Roma; el Palacio de Versalles o la torre Eiffel en París, “la Ciudad Luz”; Machu Picchu del Perú incaico; las pirámides de Egipto de la época de los faraones; la Plaza Roja con el Kremlin y la Catedral de San Basilio, en Moscú; la grandiosa ciudad de Colonia con la antigua, deslumbrante y altísima catedral gótica, cuya edificación se demoró más de seis siglos, desde 1248 hasta 1880); la Gran Muralla China, construida en  el siglo V antes de Cristo y hasta el siglo XVI de la era actual o sea: ¡21 siglos!, con un ancho promedio de 4 a 5 metros, un alto de 6 a 7 metros y un largo original de algo menos de 9 mil kilómetros reducidos hoy a  poco más de 3 mil kms.; las gigantescas tres pirámides Gizeh (Cheops, Chefren y Micerinos) de Egipto, de cerca de 5.000 años de antigüedad;  la antíquisima Acrópolis, levantada en una explanada a 156 metros sobre el nivel de Atenas, durante el periodo de la Magna Grecia, el tan alto como exacto reloj Big Ben de 4 caras en Londres, en la parte alta de una torre cuadrangular de más de 100 metros de altura , etc., etc.?
¿Y nuestro Chilito lindo, con su sorprendente Desierto de Atacama, el más árido del mundo, que florece en primavera, cuando los inviernos precedentes han sido llorones; la isla Rapa Nui con sus fabulosos moais; las Torres del Paine, en la nevada cordillera andina del fin del mundo, al norte de nuestra austral ciudad de Magallanes...?
 ¿No te gustaría visitar todos esos paradisíacos lugares, sin necesidad de pagar una alta suma en costosos pasajes para un tour, sin el requerimiento indispensable de llevar maletas, bolso de mano, documentos difíciles y engorrosos de conseguir en trámites interminables para una correcta identificación, viajes pagados onerosamente en agencias de turismo, sin sufrir el calor de la pampa, el hielo penetrante de los ventisqueros o de los inviernos polares o en sus cercanías… Y sin tener que hacer largas e interminables filas para lograr ingresar a un bus, barco o avión atestado de pasajeros, sin posibilidad alguna de sufrir los graves riesgos de los viajes en tierra, río, lago, mar o aire, sin tener que pagar alojamiento en un costoso hotel (cuando no en un hotelucho malsano) que, como si fuera poco, costó un mundo encontrarlo?
Porque el inefable placer de “turistear”, de recorrer bellos lugares, de tratar con gente nueva, a veces exigiendo una comunicación imposible por el desconocimiento mutuo de idiomas distintos, adolece, entrañable lector, de costos sicológicos y temporales realmente inauditos y, desde luego, harto estresantes. A ratos, puedes llegar a sentirte “ninguneado” por aquellos habitantes anónimos de pueblos que manejan un habla totalmente desconocida por ti. ¡Si es como para sentirse “como pollo en corral ajeno”!
Porque “al que quiera celeste que le cueste” dictamina el sabio refrán y ante esa dura realidad con que el turista ingenuo e ilusionado suele enfrentarse, no hay más remedio que “apechugar”...
Bien, pues, mi bienamado lector. Amadeus, el genial hacedor de en sueños, de un patatús te da la solución para que la disfrutes a concho. y fíjate bien: del lugar de nuestro bello planeta que tú quieras visitar y conocer y disfrutar, por distante y hasta remota que sea su ubicación, sin gastar un miserable peso, euro o dólar, sin la tremenda molestia que significa cargar durante horas bolsos, paquetes y pesadas maletas, sin sufrir los a veces patógenos o mortales cambios cruciales de temperatura o los temibles mosquitos que inyectan en tu cuerpo la febril malaria o “paludismo” de efectos a veces mortales, sin tener que tratar con gente que no es capaz de entender lo que tú le pidas o lo que le digas, sin esperas, sin controles sanitarios, aduaneros o policiales, sin trámites burocráticos complicados o interminables, etc.,etc. Y con el agregado de un “cicerone” anónimo que te va contando, explicando y comentando paso a paso lo que estás viendo…
Me preguntarás: ¿cómo tu buen Amadeus llegó a solucionar estos gravísimos inconvenientes, peligros y molestias del “turisteo” a pequeña o gran escala? La respuesta la tienes en el encabezamiento de este capítulo: Pues, ¡El tuttituristeo del ensueño!, que supera con creces a los de una revista de viajes, a un libro turístico con imágenes a todo color y explicaciones por doquiera o, por último, a  la impresionante exhibición en un plasma gigante que te regala un falso turismo televisual!
Y para que llegues a estar contento y satisfecho con las milagrosas propiedades de este portentoso invento, procedo a continuación a explicártelo de la manera más breve y convincente posible.
En verdad, no es para nada complicado: basta con un adminículo ideado lógicamente por Amadeus, similar a un note book pequeño, regularmente de unos 20 x 15 centímetros, donde puedes elegir pulsando la tecla que sustituye al mouse, para localizar dentro de la pantalla la región o el país que desees visitar y lo que te interesa conocer dentro de ellos, dejarlo seleccionado e incorporado al disco duro, luego copiarlo y pegarlo en el soñovisoaudífono de que hablamos en el Nº 1.- del presente trabajo, encasquetarse el gorrito “Morfeo” mencionado allí y pulsando el botón que identifica el centro turístico que te apetezca, esperar el sueño y proceder a disfrutarlo, mas no como mero espectador, sino como un real protagonista de los lugares y sucesos que vayan ocurriendo dentro del panorama escogido para sentir las conversaciones de los visitantes, las delicias del paisaje o del local (por ejemplo: un museo o la sala de un palacio real) en que ya te encuentras y para percibir hasta el aire y el olor del ambiente y, llegado el caso, el sabor de las deliciosas bebidas y comidas que se ofrecen, eso sí que durante una ensoñadora serie de vivencias que se desarrollarán a plena luz del día, aunque sea de noche cuando estés durmiendo…
Porque, ¡ay!; Existe, sí, una característica positiva por una parte y negativa por otra, que no te puedo ocultar y que no sé si te gustará: o no, pero debes saber que es para una mejor protección de tu persona: y con el fin de que nadie te moleste con preguntas indiscretas o ininteligibles o para que no despiertes sospecha ni curiosidad alguna, ¡serás invisible! Nadie te verá y podrás entrar gratis adonde quieras entrar y salir  tan campante de allí en cualquier momento sin requerir de controles ni autorizaciones. ¿Te parece bien o lo repruebas? Si es lo segundo, elige libremente en la pantalla del aparatito manual cualquiera de las otras diversiones oníricas de Amadeus y quedamos en paz...
Podrás registrar dentro de ese raro artefacto parecido a un note book todos los lugares que desees visitar, trasladarlos de a uno en uno al disco duro del soñovisoaudífono y elegir, mediante el “encasquetamiento” del consabido gorro de dormir llamado “Morfeo”, el turisteo gratuito por todo el planeta, las veces que quieras, por los lugares que se te antojen...,  hasta que el día menos pensado te aburras de tanto patiperreo gratuito e invisible y te decidas escoger otro de los extraordinarios inventos de Amadeus, el hacedor de ensueños porque, al fin y al fan, te cansaste de vivir a la cocheguagua y , ¡lo peor!: sin hacer nada de provecho. Aunque sí, tomando nota y conocimiento de las maravillas naturales que ofrece nuestro pequeño, pero hermoso planeta con sus ríos, lagos, mares, océanos, islotes, islas y archipiélagos, cerros, colinas montes y montañas, flora y fauna silvestre y, como si fuera poco, una abundante y variadísima diversidad de ciencias, tecnologías y cultura ancestral en obras de arte, monumentos, teatros y museos, etc, etc,…
Después de todo, recuerda que lo normal es que hayas estado durmiendo a la hora en que te corresponde dormir, esto es, de noche. Y de ser así, admite en consecuencia, que no has perdido un ápice del tiempo que habitualmente empleas en tus estudios, tareas, trabajos, hobbies, proyectos o lo que sea…
Procedamos entonces a leer de qué trata el sueño siguiente, generado dentro del freud-einsteniano cacumen mágico de Amadeus.

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