sábado, 26 de mayo de 2012

Breve reseña sobre las S I G L A S.. De Félix Pettorino.

Su origen se remonta a la antigüedad. Ya en Roma era conocidísima la sigla SPQR, Senatus Populusque Romanus, expresión de la más alta soberanía republicana. Y hay un par de ellas que por su carácter histórico-religioso o filosófico han llegado hasta nosotros: la inscripción romana puesta sobre la cruz del Nazareno ajusticiado: INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudeorum) y el nombre común CADÁVER, formado de la expresión latina “caro data vermis”, ‘carne entregada a los gusanos’. La Iglesia ha difundido algunas, como AM, ‘Ave María’; JHS, ‘Jesus Homo Salvator’ y RIP, ‘Requiescat In Pace’.

La voz deriva del neutro plural latino sigla, siglorum, ‘cifras, abreviaturas para escribir’, el cual a su vez no parece ser otra cosa que síncopa pluralizada de sigillum, sigilli, ‘sello’ o ‘figurilla simbólica’, que ciertamemente está emparentado con signum, signi, ‘señal’, ‘indicio’, signo’, ‘presagio’.

Existe un vago concepto de sigla: ‘letra inicial que se emplea como abreviatura de la palabra entera’, en cuyo caso podrían estar varias de las abreviaturas que usamos o encontramos usadas a diario, como n, ‘número, usando como ponderativo en el sentido de ‘gran cantidad’; (R), ‘retirado’; (S), ‘subrogante’; etc, por lo que la sigla debe considerarse en principio como una “apócope gráfica”. En ellas la duplicación implica pluralidad, como en EE. PP., ‘Empleados Públicos’; FF. AA., ‘Fuerzas Armadas’; FF. CC., ‘Ferrocarriles’; etc. En muchos caso se suprimen los puntos después de las letras por economóa gráfica.

Pero como este femenino español tiene un origen plural y dada la realidad de las cosas, esto es, el hecho de que lo que requiere abreviarse comúnmente no es una sola palabra, sino varias, la sigla suele ser estimada también como la suma de estas letras (o agrupaciones de letras sucesivas, ordinariamente sílabas) iniciales que representan a una frase, como por ejemplo, ACHIAC, ‘Asociación Chilena de Agencias de Carga’; CAPREDENA, ‘Caja de Previsión de la Defensa Nacional’; MINEDUC, ‘Ministerio de Educación’; OPA, ‘Oferta Pública de Acciones’; PET, ‘Programa de Economía del Trabajo’; PPM, ‘pago provisorio mensual’; RSVP, ‘Repondez S’il Vous Plait’ (literalmente: ‘responda si Ud. lo desea’); SAE, ‘Sistema de Administración de Empresas’; SSS, ‘Su Seguro Servidor’. Nótese de paso cómo partículas (como las preposiciones y artículos) suelen omitirse en ellas.

La necesidad de acelerar y uniformar las comunicaciones más comunes ha impulsado por doquier al uso de las siglas. Y estas han prosperado en tal forma, que son un hecho inseparable de la realidad social, económica, política, deportiva, etc. del mundo contemporáneo. Y así por ejemplo, a nuestra sigla castellanísima OVNI, ‘Objeto Volador No Identificado’ está siendo cada vez más anulada por la internacional inglesa UFO, ‘Unidentified Flight Object’. Y ello explica que los antiguos ovnílogos se nos hayan convertido, de la noche a la mañana, en concienzudos ufólogos que recorren los países explicándonos filmaciones y fotografías de estos extraños elementos extraterrestres.

Como puede apreciarse, es común, en siglas muy divulgadas como OVNI y UFO, la formación de compuestos y derivados, v. gr.: ovnídromo y ufódromo respectivamente. Podríamos citar, además, de APRA, aprismo, aprista; de FONASA, fonasiento; de PPD, pepedeísta; de UP; upeliento; etc.

El uso de las siglas es tan común que es frecuente que se empleen como anagrama de identificación personal. En Chile hubo la costumbre de individualizar a los presidentes de la república mediante ellas, v. gr.: CIC, ‘Carlos Ibáñez del Campo’; PAC, ‘Pedro Aguirre Cerda’; GGV, ‘Gabriel González Videla’; JAR, curiosamente válida, cada una en su tiempo, tanto para ‘Juan Antonio Ríos’ como para ‘Jorge Alessandri Rodríguez’; etc.

Como en ellas es su grafía la que manda, es común que se manifiesten en combinaciones inéditas, como en CCNI, ‘Compañía Chilena de Navegación Interoceánica’; o contra la “correcta ortografía”, así en INBA, ‘Instituto Nacional Barros Arana’; y a veces con violación de la pronunciación ordinaria: COREDE (no CORREDE), ‘Consejo Regional’; y SEREMI (no SERREMI), ‘Secretaría o Secretario Regional Ministerial’. No faltan quienes opinan que algunas de ellas atentan contra el aprendizaje y retención de una buena ortografía, como es el caso del citado INBA o del famoso ‘Impuesto al Valor Agregado’, IVA.

El humorismo y el ingenio no han estado tampoco ausentes de la formación de nuevas siglas, sobre todo en nuestro país, en que la afición a hacer invenciones, chistes y “tallas” de todo, no respeta ningún campo nuevo susceptible de explotación. Así es, por ejemplo, como hace ya varios años apareció la UTT, ‘Unión de Tomadores de Tinto’ y la UMO, ‘Unión de Maridos Oprimidos’, el NQV, ‘Na’Que Ver’. Últimamente se han usado algunas siglas gemelas basadas en la 1ª sílaba de “duplas” de personajes importantes del fútbol: SaZa (Salas/Zamorano); o de la política: LaLa (Lagos/Lavín).

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