domingo, 27 de mayo de 2012

A Lautaro, guerrero araucano inmortal. De Félix Pettorino.


Batalla de Peteroa, 01.04.1557.



Lautaro.

Siglos de lluvias nutriendo raíces,
siglos de nieve jaspeando mawidas,
riberas por el tiempo carcomidas,
pueblos con viscerales cicatrices.
¿en qué remoto limo se deshacen tus cenizas?,
¿en qué recodo del dolor araucano se desmenuzan tus huesos?
¿No hay dónde llorar tus despojos, Lautaro?

Porque el solar de los mapuches conservaste,
indio heroico, tu pueblo nunca se hizo esclavo.
Por eso ellos te veneran como padre
y te invocan en guillatunes con danzas y silbatos,
hacen ulular sus trutrucas al aire
y redoblan sus cultrunes por los mapus,
quisieran colmar de himnos el paraje
donde reposan tus huesos bienamados,
quisieran ofrendarte topatopas, copihues y llallis,
quisieran hacer de tu suelo un monumento
y un recinto sagrado donde recordarte.

Porque en tu escuela de cautivo yanacona
aprendiste el alfabeto de la guerra,
avizoraste el perfil de la victoria,
descubriste el misterio del jinete endiosado
y el secreto del arcabuz en las almenas.
Porque arreaste hacia los mapus caballares,
porque hiciste de Arauco una raza de centauros,
porque le robaste el fuego a dioses infernales
y traspasaste sus armaduras con tus dardos.


Porque sólo la traición pudo alcanzarte
y en la puerta de tu ruca te mataron
guiados por sombríos gerifaltes,
bajo la niebla, con lluvia de venablos.
¡Y en tus labios sólo quedó el dulce fuego de tu amante
y un grito de guerra en sangres ahogado...!

Aguas tras aguas trocaron tus huesos
en suavidades de pétalos flotando,
el aire al aire se llevó los besos
en las cenizas disgregadas de tus miembros,
¡y tu cuerpo ya nunca será encontrado!

Los quintrales de la selva sorbieron tu sangre;
gráciles quilas, tus nervios de arco tenso,
albos volcanes, tu pujanza guerrera.
Y tu alwe fue alzado hasta las cumbres
desde donde hoy presides machitunes
con los pillanes de la Cordillera.

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