miércoles, 5 de septiembre de 2012

Víctor Domingo Silva, antiguo novelista y poeta de Chile. Por Félix Pettorino.


Víctor Domingo Silva Endeiza [Tongoy,12.05.1882 - Santiago, 20.08.1960]. De familia muy ilustrada y madre de origen vasco, sus padres ejercieron sobre él una influencia decisiva para que con el tiempo llegara a ser el gran poeta, cuentista y novelista que guarda para él la memoria de Chile. A los 19 años se traslada a Valparaíso, a la calle Taqueadero 55 del cerro de Playa Ancha, donde, ya adulto, en sociedad con otros amigos  intelectuales tuvo la idea de crear el Ateneo de la Juventud y poco después la Universidad Popular.
            En 1906, dedicado ya de lleno a la política, llegó a ser elegido diputado por Copiapó, Chañaral, Vallenar y Freirina. Por ese mismo período, utilizando el seudónimo de Cristóbal de Zárate, había iniciado sus primeros artículos destinados a El Mercurio de Valparaíso.
            Poeta extraordinariamente patriótico, parte importante de sus primeras creaciones líricas fueron dedicadas  a la heroica historia del país, como aquel tan extenso como exaltado poema Al pie de la bandera, recitado por miles de estudiantes de las escuelas de aquellos tiempos, y algunas veces en las actuales, cuyas dos primeras estrofas,  rezan así:

¡Ciudadanos!
¿Qué nos une en este instante, quién nos llama,
encendidas las pupilas y frenéticas las manos?
¡A qué viene ese clamor que en el aire se derrama
y retumba en el confín?
No es el trueno del cañón, no es el canto del clarín:
es el épico estandarte, es la espléndida oriflama,
es el patrio pabellón, que halla en cada ciudadano un paladín.

¡Oh, bandera!
La querida, la sin mancha, la primera
entre todas las que he visto.
¡Cómo siento resonar
no en mi oído, sino dentro de mi ardinte corazón,
tu murmullo
que es alerta y es arrullo,
tu murmullo, que es consejo en la tertulia del hogar
y que en medio de las balas es rugido de león!
¡Cómo siento que fulgura, con qué ardores,
la gloriosa conjunción de tus colores,
flor de magia, hecha de fuego, de heroísmo, de ideal!

            Silva fue un personaje sociable y muy amistoso con todo el mundo. Entre sus más íntimos se cuentan los poetas Augusto D'Halmar, Carlos Pezoa Véliz, Daniel de la Vega, Joaquín Edwards Bello y  Zoilo Escobar.
             En 1928, recibió el cargo de cónsul en Neuquén (en la Patagonia argentina), donde tuvo la oportunidad de estimular a muchos chilenos a que se instalaran en Aysén, como una manera de salvaguardar la soberanía nacional en la zona austral del país. Poco después fue designado cónsul general de Chile en Madrid, misión que desempeña cerca de 20 años, después de los cuales regresa a Chile.
            Se hizo acreedor a diversos  premios, entre los cuales cabe resaltar destacar, según lista proporcionada por Wikipedia, el Nacional de Literatura en 1954 y el Nacional de Teatro en 1959, por los merecimientos acreditados por obras como las que se enuncian a continuación, extraídas de la misma fuente:
§                     Golondrina de invierno (1912, novela romántica)
§                     Palomilla brava (1923, novela criollista)
§                     El alma de Chile (1928, antología poética)
§                     El mestizo Alejo (1934, historia novelada de a guerra en Araucanía)
§                     Poemas de Ultramar (1935)
§                     El cachorro (1937)
§                     La criollita (novela)
Obras de teatro:
            Adolescencia (1906).
            El Rey de la Araucanía (1936)
            Aún no se ha puesto el sol (1950)
            La tempestad se avecina
            El hombre de la casa.

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