jueves, 13 de septiembre de 2012

Un poema de mi hermano Nancho que nos habla del soplo de Dios, que el ser humano trata de imitar a través del arte.


El soplo.

                           De Hernán M. Pettorino [Nancho].

Hay un molde invisible
en que todo es vaciado
y adquiere su contorno
de hombre, de mar,
de ave, de montaña.
En él hizo la flor
su frágil catedral.

Hay un artista noble
que creó el crear.
Él hizo de la hoja
su línea segura
y del rostro leal
su trazado armonioso
de serenidad.

Existe una fórmula
para cada cual,
que cuando a este mundo
se manda arribar
al alma que espera,
sin queja ni azoro
la ha de acatar.

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