Cueca de la Cantinera.
Comaires, oigan, la negra
mentá la Irene Morales
va, dicen, de cantinera,
sirviendo a los militares.
Puee ser que su marío
en l’otro mundo,
no esté conforme,
y ella ande buscando
el merecío,
el merecío, sí,
pa’ los hechores;
puee ser sólo el gusto
del uniforme,
del uniforme, sí,
¡son tan bonitos
en las casacas rojas
los botoncitos!
Ya anda con su guerrera
la cantinera.
Y ya cruzó por Tacna
con el 3o. de Línea,
ya está vivaquiando en Pachia
a una legua de Lima,
ya la pillaron
ya la pillaron, sí,
que era una niña.
Al verla, los sordaos
tan dulce y tierna,
quieren abrazarla,
la guerra orvían,
la guerra orvían, sí,
sus atenciones
de mujer linda alegran
los corazones,
tonaas cantan,
tonaas cantan, sí:
“¡Es como mi negrita,
la camarita!”
Bordonea una guitarra
en llanos de Miraflores,
y la cantinera, flores.
Qué bien pursa las cuerdas
la cantinera,
mientras ondea en Lima
la porotera,
la porotera sí,
y los sordaos
por Irene Morales
van suspirando...
Abran paso a la pena:
¡se jue la novia!
¡Quien lo dijera,
muere solita,
viúa y soltera
la cantinera!
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