sábado, 14 de enero de 2012

Rostros [De Hernán M. Pettorino (Nancho)]


Existe un rostro de las cosas:
El rostro trágico de las cosas pobres.
El humilde de una carreta olvidada
en un potrero.
El rostro múltiple de los árboles del bosque.
El rostro meditabundo de las piedras,
de los libros callados.

Hay un rostro límpido de cielo despejado.
Otro rostro expectante en las nubes
de tormenta.
Y un gran rostro del océano.
Un verde, anchuroso azul-verde
de mar.

Hay un rostro colosal en las montañas
y el diminuto y tierno de una hoja de hierba,
y allí están las flores de rostro adolescente,
y aquí los caminos de largo rostro polvoriento.

Y en la oscuridad se acerca hacia nosotros
el rostro del miedo,
del deseo, la nostalgia
y el llegar a hurtadillas
de mil rostros distantes.
Así vagan por la tierra esos rostros
del hambre, la peste y las guerras.

Mas, también hay los rostros
sin rostro,
como el de “alguien”
o el de “nadie.

O el rostro infinito de Dios...

Hay entre nosotros
dos rostros perfectos:
El de la madre.
El de la mujer amada.

Pero siempre llevamos delante
-como una sombra nuestra-
ese rostro cansado,
sin color ni forma,
que todo ser conoce:
el rostro del Dolor.


Poema de Hernán Pettorino (Nancho)

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