martes, 17 de enero de 2012

Paternidad [De Félix Pettorino]

Al Nono, varón único, de su papá Félix.

Te tenía
sin saberlo,
acaso gen, glóbulo
o lágrima,
muy adentro.

En algún recodo secreto
de mis vasos
te albergabas,
silencioso,
invisible,
semilla,
vástago,
jugando con mis células,
ignorante
de aquella hora inminente
escrita
en el gran páramo del tiempo.

Gen, glóbulo o lágrima,
te tenía,
fuiste "yo" por unas cuantas horas.

Con aromas de ámbar
te paseabas
por mis nervios.
Y nunca supe cómo
te sedujo
ese rubí celosamente atesorado
dentro de aquella piel entrañable.

Y sin yo quererlo
te fuiste de mí
para seguir agitándote desnudo,
vulnerable y dichoso,
en tu nidal de células.

Y luego te asomaste afuera,
arrojado al aire denso,
entre seres  y cosas,
quimeras y fantasmas,
cada día expuesto
a peligros mayores
por ser conscientes,
sin cesar avanzando
de la noche al alba,
rumbo a la sima súbita
donde al fin
algunos sienten
que todo se acaba.

Todavía vivo yo
con el dulce temblor
de aquella noche
que tú
en el acto ignoraste.

Todavía
sigo tus pasos,
a medida que el tiempo va esfumando
a mi alrededor
los seres, las cosas,
mis quimeras y fantasmas,
mientras el Cosmos crece
y mis estrellas se van alejando...

Para no morir del todo,
permite,
en mis últimos instantes,
algo más allá
del ligero correr
de estos versos,
que siga yo soñando
que aún vives en mí,
¡hijo mío amado!

No hay comentarios:

Publicar un comentario