Suspensa entre el azul que la rodea,
vive su día como el día primero;
inmersa en el aire que la eleva,
vive su día como el día postrero.
Porque no habrá luz más luz que la vida
ni hondor más profundo que la Nada ,
feliz está de hallarse en la partida,
ignorando que el final todo se acaba.
El polen de todos los prados liba
bañándose en copón de terciopelo
y sus alas de arco iris bruñidas
dan a cada flor son de violonchelo.
¡Goza, abejita, la miel de la vida!
Quizás sea este tu último vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario