Como el pintor colora su amplio lienzo,
impregna, dios Amor, mi pobre vida;
no me dejes el alma de óleos vacía,
y cual excelso músico, rellena mi silencio.
Sin el don de amar no hay existencia,
el correr de las horas es soledad y angustia,
el alma va muriendo cual flor tronchada y mustia
y hasta la vida malogra su valor y esencia.
Amor divino: no abandones a tu pobre criatura:
hecho estoy de materia tan arcaica como inerte,
capaz no me siento de remontar a las alturas,
tampoco me hallo estampado en aguafuerte.
No puedo hacer de mi historia una pintura
ni de mi callar, un son que me colme de deleite.
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