Ayer
subí a la montaña
en
una silla a mirar:
¡qué
blanca vi la mañana
desde
la cumbre hasta el mar!
Bajé
por una ladera
en
esquís a contemplar
tantas floridas praderas
albeadas
por el nevar.
Un
salto de agua a mi lado
susurraba
su bramar
-¡Me
quedé maravillado
de
tanto primor mirar!
La
nieve muy suavecita
traía
del cielo, paz.
Mi
corazón palpitaba
de
tanto primor mirar.
Ayer
subí a la montaña
en
una silla a mirar:
¡qué
blanca vi la mañana
desde
la cumbre hasta el mar!
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