martes, 24 de abril de 2012

LUCÍA LEZAETA MANNARELLI, GRAN POETA Y NARRADORA CHILENA

Lucía Lezaeta Mannarelli: [15.12.1930]:  Nuestra genuina poeta y notable narradora nació en una propiedad agrícola de sus padres, situada en la zona precordillerana de Los Queñes, en las cercanías de Cunco, próximo a la unión del río Claro como afluente del Teno, a unos cuantos kilómetros de Curicó. Cuando ya era una niña (hija única de padre vasco y madre italiana), sus progenitores decidieron irse a una región más cálida y se trasladaron a Quilpué, donde la matricularon en el Colegio de las Monjas Pasionistas, establecimiento en el que Lucía cursó sus primeras letras. Tendría entre 8 y 9 años, cuando empezó a demostrar una bien definida vocación por la poesía al atreverse a remitir su producción literaria a la revista femenina Margarita, cuya administración quedó encantada con el poema original de la pequeña, al publicar entre sus páginas con la oda Al vendedor de gallinas, inspirada en la ternura de la niña al ver a este modesto comerciante ofrecer su mercadería con un canasto bullente de cacareos, que solía vender o hasta trocar por ropa usada para mantener a su familia desvalida.
            Posteriormente, por razones de trabajo, ya que su padre era arquitecto, la familia de Lucía se trasladó a la ciudad de Quillota, donde la chica ingresó al Liceo de Niñas hasta cursar el 3er año de Humanidades, pues el ejercicio de su profesión llevó nuevamente a su progenitor a encontrar un mejor porvenir en la capital, donde nuestra biografiada, ya jovencita, se incorporó al Liceo Nocturno de Adultos Manuel Bulnes, ya que  entró a trabajar en el Ministerio de Hacienda hasta las 18 hrs. de cada día hábil de la semana, con el deseo de ayudar a sus padres. Pero al fin, con gran esfuerzo y perseverancia, logró rendir su Bachillerato en Letras, gracias a lo cual pudo ingresar a la Universidad  Santa María, primero como “técnica en Bibliotecas” (equivalente a la actual carrera de Bibliotecología); pero, como los medios eonómicos eran precarios, prefirió cambiar de rumbo e ingresar al Ministerio del Trabajo a especializarse como “perito tasador” y “martillero de remates fiscales”, cargos que alcanzó a desempeñar durante algunos años, hasta el momento de la exoneración, medida cruel que era muy habitual en aquella época.
            A todo esto, contrajo matrimonio cuando ya era una jovencita “treintañera”, aunque actualmente se encuentra viuda y con una sola hija, que le ha dado hasta ahora solo una nieta; pero Lucía ha preferido vivir “solita, mi alma”, dedicada por entero a la vocación de toda su vida, que es el gran arte de la literatura, y de la formación, a través de talleres literarios, de los futuros poetas y, más en general, de las grandes promesas de las letras chilenas del porvenir...
            Para que nuestros lectores puedan medir con serena justicia la insigne calidad lírica de la sensitiva poesía de Lucía Lezaeta, presentaremos, a modo de simples muestras, estos dos botones de oro:
                                                           T I E R R A.

                                   Están en ti, ¡Oh, Tierra!, los sepulcros
                                   de los muertos míseros y de los soberbios muertos.
                                   En tu descanso duermen los mártires guerreros
                                   y los frágiles infantes.
                                   Bajo tu epidermis queda
                                   el más febril de los poblados
                                   y la flor del místico convento.
                                   En un mismo polvo vacilante y leve,
                                   cual un llano agobiado de sequía,
                                   contemplas la suerte de sonámbulos y ciegos.
                                   Amantes corazones y dolores transparentes,
                                   voraces carniceros, mortajas de violencia,
                                   todo cae a tu cauce en el más perpetuo lecho.
                                   Y tu voz se oye entonces perforando
                                   el acero del orgullo y el rencor de los mortales.

                                                           M A D R E.

                                   ¡Madre, estás ahí sin decir nada!
                                   Se ha secado el agua de tu fuente.
                                   Manantial de palomas que ha volado.
                                   ¿Cuándo la cascada de tu voz
                                   entonó su última plegaria?
                                   ¿En cuál jardín tu sangre canta?
                                   ¡Madre, estás ahí sin decir nada!
                                   Una callada lágrima
                                   en el silencio de tu noche cae.
                                   Tañe lenta desde el Ñuble una campana.
                                   ¿Qué conjuro asedian tus estrellas?
                                   Nuevamente brizna eres en sureña tierra,
                                   nuevamente en letal yermo encapsulada.
                                   ¿En cuál lozano espacio nace tu alba?,
                                   ¿en cuál camino incierto
                                   tu música ronda?
                                   Lentamente te rodearé algún día,
                                   aunque estés ahí sin decir nada.

            Mencionaré a continuación sus libros editados hasta ahora: La lluvia en el cementerio (1976); Poetas de Valparaíso (1979); Antología breve de diez poetas chilenos (1982); La miseria del oro (1984); Poemas de la tierra (1985); Presencia del Mayaca (1986); Cuentos de Llotaqui (1989 y 2001, 2 ediciones); Marejada de fuego (1990); Aquella ciudad lejana (1991); Sonidos de la vida (1996); La puerta del agua (1998); Cuentos de la abuela (2008, por Internet); Los ojos color miel (2008).
            De entre todas esas obras, está en primer lugar el libro de narraciones infantiles Cuentos de Llotaqui (que ya ha merecido dos ediciones), cofre de sueños, experiencias y sabiduría que atesora su alma y en que Lucía nos va prodigando, cual si volviéramos a nuestra infancia más pura, toda suerte de formas, imágenes, ideas y meditaciones tan profundas como inéditas, con las que podremos fantasear, evocar y pensar a nuestro regalado gusto. Y hasta acceder a lo más recóndito de nuestro ser. Y, en segundo término, Aquella ciudad lejana, anhelada añoranza de una especie de Shangri La, donde la Naturaleza es tan espléndida exuberante y benigna, del mismo modo como sólo reina el amor, la solidaridad entre los hermanos de sangre y de vida, la perfecta igualdad social, la libertad bien ejercida por todos y donde no existe lenguaje ni diccionario alguno  que contenga voces tales como sufrimiento, castigo,  envidia, persecución, rencor, odio o violencia.
            Entre sus actividades en pro del eterno surgimiento de nuestra bella literatura, están el de haber sido presidenta del Círculo Literario Quillota durante más de 20 años; fundadora y editora de la Revista de Círculo, que después de 32 años de labor incansable, ya lleva 60 números editados; es presidenta de la Sociedad de Escritores de Valparaíso; editora de la Revista del Pacífico de dicha Sociedad, hasta 1977; jurado en diversos concursos literarios, prologuista de numerosos libros de escritores y, por último,  presidenta actual del Círculo de Escritores de la 5ª Región. Por último, durante 2005 y 2006 fue docente en Literatura para el adulto mayor de la Universidad de Valparaíso, sede Viña del Mar.
            Entre los diversos galardones obtenidos a lo largo de su labor creativa y de direccón de labores literarias, cabe mencionar: Premio internacional Pola de Lena en cuento, otorgado en Oviedo (España) en 1974Premio en Literatura Narrativa, de la Revista Contigo, Santiago de Chile, 1976; Premio Juegos Florales del Mar, conferido por DIGEDER (Dirección General de Deportes y Recreación), discernido en Valparaíso, en 1977; Premio Concurso de Cuentos Julio Silva Lazo, 7ª Región, 1978; Premio Antorcha de Plata en Poesía, SEV, Valparaíso, 1982; Invitación al Simposio Internacional de Literatura Femenina de Latinoamérica, celebrado en Costa Rica, en 1984; Distinción otorgada por el Grupo Literario Ñuble de la 7ª Región, en 1985; Premio Proyección Cultural de Turismo en la 5ª Región, 1990; y Premio Literario Municipalidad de Quillota, otorgado en esa ciudad en el año 1992.. Fue, además, elegida hace algunos años como  la mujer destacada de Viña del Mar.

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