martes, 24 de abril de 2012

ALFONSO LARRAHONA K., EL POETA DEL SONETO Y DEL HAIKÚ.

Alfonso Larrahona Kasten [Valparaíso, 23.02.1931]. Alfonso es un precioso don de nuestra hospitalidad inmigratoria. Descendiente de un varón vasco con una frau germana, posee todos los ingredientes para hacer relucir, aunque sea en pequeña parte, el profundo pensar y fantasear de un Baroja o un Unamuno junto al artístico poder vital de un Goethe o de un Beethoven, y lo digo sin querer lastimar su natural modestia.
            Porteño neto, vio la luz del día desde las pobladas laderas del Cerro Santo Domingo de Valparaíso y, para mejor añadidura, se educó en el otrora clásico Liceo Eduardo de la Barra, donde tuvo como maestros a insignes poetas, narradores, o ensayistas, como lo fueron, en orden alfabético,  Abelardo Barahona, Alfredo Lefebvre y Gonzalo Rojas. Pero su vocación como esclavo de la belleza ya estaba en su sangre. Una vez acabados sus estudios humanísticos (adjetivo bien  real que supera a los encuestadísimos media” de hoy), ingresó a la Escuela Normal de Viña del Mar, donde se tituló de profesor y posteriormente ingresó a la Universidad de Chile a estudiar lo que era realmente su vocación, las Bellas Artes (en especial pintura y dibujo). Dos años después de haber recibido el sagrado título, asumió la cátedra correspondiente en la misma institución que lo formó.
            En 1976 se convirtió en Profesor Emérito de dicha Universidad  y poco después jubiló para dedicarse a la diosa que es la pasión de su vida: la Poesía, con cuyo ardiente sentimiento ha logrado engendrar (si así pudiera decirse) una real muchedumbre de entes espirituales primorosos que, por lo común están revestidos bajo la forma de los sonetos y de los haikus. Ambos tipos de “creaturas” se cuentan por miles y lo más extraordinario es que ambos, sin excepción, son más que bellos, excelsos. Pero como “pruebas son amores y no buenas razones”, por convincentes que parezcan, aquí va una diminuta muestra de su gigantesca producción (que suma varios millares), nada más que porque el espacio y el tiempo aéreo y metálico, no me lo consienten, ya que si no, presentaría muchos más..., el deleite estético superaría al pragmatismo, asunto este que no está permitido en un mundo de realidades que, según se dice, es de estirpe inexorablemente concreta.
:
                       SONETOS.
m. Clásicamente es una  composición poética de rima consonante, compuesta de dos cuartetos y de dos tercetos endecasílabos. En la poesía posterior ha habido cierta diversidad de variantes vinculadas básicamente al número de sílabas y a la rima, que a veces es asonante.

             Lo que quise y he sido.

Siempre he sido mi propio cancerbero,
mi verdugo, mi enterrador, mi duende,
quise ser mi país, la voz que enciende:
mi  sol  y  mi raíz, mi pebetero.

Quise ser mi caudal, mi monedero,
mi mendrugo, la llama que me enciende,
la tenue luz que siempre se desprende
del amor cuando es puro y verdadero.

Pero fui un maniatado por mí mismo,
sin derecho a perdones ni exorcismos,
porque viví en el fondo de mi osera.

No pude ser la mar de mis navíos,
ni estos dedos que escriben son los míos,
ni esta llama cuando ardo es de mi hoguera.

                        Gobernador.

Y fui gobernador de un predio ausente,
de un castillo de naipes construido,
de mi lira y mi sueño preferido,
del rincón donde anido torpemente.

Y fui gobernador del son doliente
que en mi ribera a veces ha reído,
de estos ríos que en llantos he fluido,
de estos astros y cielos de mi mente.

Gobernador del ala que dirige
mi navegar, del sol en que me lavo
y de la cruz que mi destino elige.

Gobernador de esta pasión que alabo,
que me cubre de sombras y me aflige...
De todo lo demás he sido esclavo.

               ¿Por que no fui?

¿Por qué no fui un corriente ciudadano
y fui Alfonso, poeta enajenado,
que muere largamente desvelado,
cogido, como un ciego, de la mano

por estelares signos, por arcanos,
gobiernos ilusorios, por el hado
que me impuso senderos ignorados
y me nombró, en mi sueño, soberano?

¿Por qué no fui como cualquier camino
estéril o feraz, o sin destino,
por qué tuve que ser sólo un demente?

¿Por qué no fui como cualquier persona
y no como este Alfonso Larrahona
que vive de palabras solamente?

[Osvaldo: dividir dos columnas paralelas: una para los sonetos y otra, para los haikus]

               HAIKUS.

haiku (Voz de origen japonés)  m. Poema
de solo tres versos, 1º y 3º pentasílabos
y un  2º verso heptasílabo
que sintetizan ora una imagen poética,
ora un pensamiento profundo:

Dime: ¿qué puente
utiliza la luna
que cruza el lago?

Cayó el granizo:
redoblan los tambores
del paraíso.

Muerta la rosa,
no asistirá al entierro
la mariposa.

Mañana, el viento
esparcirá mi polvo
ya sin lamentos.

El solitario
va en busca de sí mismo.
Es su calvario.

Cuando tú sueñas,
por tu ventana espía
la luna llena.

Pasó la lluvia,
sembró espejos brillantes
para la luna.

¿Qué llora el río
cuando pasa a mi lado
muerto de frío?

El rosedal
citó a las mariposas
a carnaval.

Entre el ramaje
la luna y las estrellas
cambian de traje.

Cae la tarde,
el sol en el ocaso
muriendo arde.

Amo el instante
en que la flor atrae
a los amantes.

            Muchos de ambos tipos de poemas de Larrahona han sido publicados en Chile, España, Estados Unidos, Francia y Uruguay. Su superior calidad le ha valido ser galardonado con el título de “Caballero de la Poesía (con la que pareciera estar enamorado de por vida). Y el premio lo ha recibido..., ¡en cinco oportunidades! Enumerar los galardones que ha merecido es la locura vedada y vetada por el poeta, que hemos tenido la osadía de resumir en nuestro último párrafo, Advertimos eso sí que su longitud los hace difíciles cuando no imposible de retenerlos en la memoria. Podrían bastar los números (aproximados por cierto). Confieso que he llegado a contar más de una veintena  y es muy posible que me haya quedado corto...
            –¿Por qué tanto hechizo? –podría preguntar alguien que no lo haya leído.. No es nada difícil de contestar. Y la respuesta la da, con mejores merecimientos que yo, Andrés Cáceres Milnes el académico, escritor y crítico quien, con su habitual maestría, en el II tomo del Diccionario de la Literatura Chilena (año 2008) dice de Alfonso Larrahona lo siguiente: “Alfonso es una persona con vocación poética, la que ha cultivado durante toda su vida. En él la poesía es la voz de la pasión, que tiene el ímpetu del viento y el mar de Playa Ancha. Con estos aires arremolinados construye una poesía independiente a través de un lenguaje luminoso, que nutre la fe en la vida del hombre. Una poesía que transporta al ser humano hacia la altura cósmica de los sueños. En ellos Valparaíso es parte visible de sus cantos. En sus versos el hombre irradia una verdad que se encuentra en la luminosidad de la palabra poética”.
            Pasemos ahora a las pruebas ilustrativas y tentadoras de leer (sin saciarse jamás) del auténtico sentir de un poeta de verdad, porque posee la certera y bella diafanidad de los clásicos, enunciemos  esta larga (y seguramente incompleta) lista de sus más celebradas obras poéticas: (Las leyendas en prosa van en cursivas y negritas)
1957: Guitarrero nocturno.
1959: Vacaciones en mi isla; y Remordimientos del mago.
1968: Laberinto.
1970: Habla el mar; y Vieja galaxia porteña.
1973: El lenguaje del hombre; y Valparaíso, ciudad de balcones.
1974: Caracol quebrado.
1977: Inesperadas muertes.
1980: País ausente.
1982: Cambio de casa.
1984. Monstruología de Chile.
1985: Resultado de alquimias.
1986: Cien leyendas de Valparaíso.
1987: Pre-textos (editado en Uruguay).
1988: Pre-textos (editado en Chile).
1989: Madero de naufragio.
1990: Autorretrato sin rostro (tres ediciones).
1991: Jardín de extravagancias.
1993: Lírica relación de piedra y sueño.
1995: Mester de hechicería.
1997: Desretratos.
1998: Requiem por un ángel que perdió las alas; y Lagunas encantadas de Chile
1999: Autorretrato de un desconocido.
2000: Una ciudad se incendia.
2001: Navegante del viento; Antología de sus sonetos; Sol nocturno (haikus).
2002: Historial de mi sangre.
2003: Rostro y espíritu de Valparaíso.
2004: Tierra de sortilegios.
2005: Islas profundas; e Íntimos vitrales de Valparaíso (este último haikus).
2006: Con los sueños contados.
2007: Asomado a mí mismo; y Leyendas de Isla de Pascua.
2008: Espejismo palpable (más de 1200 haikus).
2009: Íntima liturgia.
2010: Vilanos.
             Alfonso Larrahona es además autor de antologías, ensayos, obras teatrales y editor de dos colecciones de poesía de difusión internacional. Ha recibido numerosos premios y distinciones, además de Chile, en Argentina, Bélgica, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Méjico, Perú y Uruguay, entre los que cabe destacar, en la forma más escueta, los siguientes: Primer y segundo lugar en el Concurso de poesía de la Municipalidad de Valparaíso (1970); único poeta chileno que ha sido galardonado con el Premio José Vasconcelos otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista (Méjico, 1991); Premio Ateneo de Salamanca (España, 1977); Premio Gabriela Mistral  otorgado por la Municipalidad de Santiago (1979); Franja de oro al mejor libro del año (Perú, 1985); Premio Carlos Sabat Ercasty (Uruguay, 1986); Premio Municipal de Literatura en Valparaíso, 1989, el primero en recibirlo.


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