Hombre bueno y mano dura
exigente y mano amiga,
no conociste fatiga
luchando en la desventura.
Hombre sabio y complaciente,
en silencio y en barullo,
se te vio lleno de orgullo
al ver crecer tu simiente.
Fuiste faro en mi camino
oración y miserere,
ya años te llevó el destino
a cumplir otros deberes,
Hoy recibe el verso fino
de este hijo que te quiere.
Rafael Luttges.Derosas
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