martes, 14 de febrero de 2012

Remembranza de una carta dirigida al joven Juan Pablo, hoy médico.

Estimado Juan Pablo Ghiringhelli Morales, mi querido nieto “zodiacal”:

Este librito que te entrego como modesto presente para tus flamantes 20 años de vida que hoy estás celebrando, tiene su historia, que a lo mejor podría interesarte un poco.

Era por allá por el año 1940, yo era alumno del 4º año de Humanidades (2º Medio de hoy) en el “Colegio San Luis” de Antofagasta, cuando un buen día el R. P. Nicanor Marambio S. J., a la sazón rector del establecimiento, me hizo llamar a su oficina. Yo, lleno del “temor reverencial” que inspiraba la sola presencia de ese sacerdote jesuita, tanto por su fama de hombre santo como por la sabiduría de sus consejos, me acerqué tan presto como pude al sacrosanto lugar que ejercía como máxima autoridad del colegio. Me tenía una noticia grata: había resuelto eximirme de los pagos de colegiatura y para mi futuro universitario me ofrecía gratuitamente una residencial de estudiantes en la capital para estudiar Medicina, a la vez que me obsequiaba “para afirmar mi vocación”, la entonces célebre novela "Cuerpos y almas" de M. van der Meersch que hoy pongo en tus manos, más meritorias que las mías, ya que yo ya había dispuesto estudiar Pedagogía, como se lo hice saber en ese momento. Respuesta del padre: “–Has elegido tan bien o mejor de lo que yo pensaba para ti. Pero llévate nomás este bello libro, Félix, y léelo, que a lo mejor te puede servir para que cambies de idea, o quién sabe, en un futuro lejano, para alguno de tus hijos o nietos...”

Anhelando que se cumplan en ti los sueños de ese santo sacerdote, compañero que fue del hoy San Alberto Hurtado, te abrazo con cariño de abuelo y bien..., este sería todo mi regalo, por esta vez:


Félix.

No hay comentarios:

Publicar un comentario