¡Qué lindos están los juegos
llenos de amiguitos mil!
Apenas yo allá llego,
me subo a mi resbalín.
Me elevo hasta el mismo cielo
cual si fuera un querubín
y bajo veloz al suelo
convertido en volantín.
Voy volando a otros terrenos
y me trepo al “balancín”.
Junto a un amigo moreno,
el pecho me hace: ¡tilín!
Cerca, el carrusel me espera
con sus vueltas de sinfín
montado en mi yegua overa
todo gira en torno a mí.
Luego paso a los columpios
llenos de amiguitos mil
ligerito yo me encumbro
y me mezo al aire: ¡así!
La gran rueda de Chicago
se encarama hasta el confín
parece cosa de magos
cuando viene de nariz.
Voy, le tiro a un gatito
una bola de aserrín
el minino es porfiadito
se queda muy firme:¡así!
¡Qué lindos están los juegos
llenos de amiguitos mil!
Apenas yo allá llego,
el pecho me hace ¡tilín!
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