Querida Gladys, tienes razón, estoy muy floja para escribir, pero tratándose de ti, haré un esfuerzo.
Ante todo, te diré que el cuento aquel de “El Camino del Inca” tiene mucho de verdad y muy poco de imaginación. Es cierto que la hacienda donde pasaba los veranos tenía lugares muy hermosos, con plantas en medio de rocas, conchas y arena blanca que a pesar de estar a más de 40 kilómetros del mar, delataban la presencia del océano en épocas remotas. Hacia la Cordillera de la Costa existían bosques autóctonos, tan tupidos que nosotros los llamábamos “La Selva Impenetrable ” y de puro miedo no nos atrevíamos a aventurarnos solos en su espesura.
Pues bien, cierto día un inquilino nos dijo que si nosotros queríamos nos llevaría a recorrer a caballo “El Camino del Inca” que culebreaba por los contornos. Todo lo que sentí al divisarlo es auténtico. Lo único inventado es la historia de amor entre el joven campesino y la princesa que estaba consagrada al servicio del Inca.
De salud estoy mucho mejor después del veraneo de 10 días (a mediados de febrero) en una hostería alemana de Limache. Estuvimos disfrutando de la Naturaleza con Amy y sus dos hijitas y casi todos los días teníamos visitas de los demás hijos y nietos.
Nuestros niños fueron a distintas partes a veranear. Patty partió a Costa Rica con su marido y toda su prole (6 niños), aprovechando una promoción. Nenena (Silvia Elena) se dirigió a Punta del Este con su esposo y sus 4 niños. El Nono estuvo en Barcelona, a raíz de una misión que le encomendó Chilectra y aprovechó para visitar Roma con su hijo Esteban (el que estudia Astronomía). Magali y su cónyuge arrendaron una casita en Granizo (Olmué), donde permanecieron como 20 días con sus 3 chicos. Y Gloria (la farmacéutica) estuvo unos pocos días en el lago Rapel con su esposo y sus 4 hijos.
Para no alargarme demasiado, dejo otros detalles para la próxima misiva.
Me alegro mucho de tener noticias tuyas. Que estés muy bien. Siempre rezo por ti. Haz otros tanto por mí. Chao. Inés.
foooooooooo
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