sábado, 11 de febrero de 2012

Entrevista lexicográfica al profesor Félix M. Pettorino.

Del estudiante de Lenguaje en la UPLA (Valpso), Sr. Rodrigo Orellana. (26.05.10)
Nota: Hay algunas enmiendas y agregados.
1.- En los agradecimientos del NDECh leí que su fallecida esposa era profesora, ¿de qué asignatura lo era? Y si no fuera mucha molestia, ¿me podría decir cuándo falleció?
R.: Se llamaba Marina Inés Hernández Rivera, era profesora de Francés titulada en 1950 en el Pedagógico de la U. de Chile (Stgo.), fue principalmente profesora de lengua gala en el Liceo de Niñas Nº 1 de Valparaíso y falleció, ya jubilada, en Viña del Mar, el 28.11.06.
2.- En la página de Fondecyt sale que Ud tuvo dos proyectos; uno en el año 1992, y otro en el 1989. ¿Después de 1992 tuvo otro? Y si fue así dígame cuál es el nombre y cuál fue su participación en él.
R.: El primero más antiguo, pero importante, fue “Los verbos en –EAR en el español de Chile”, obra lexicográfica realizada con mis ayudantes de cátedra Óscar Quiroz Mejías y Dora Mayorga Aravena, publicada por la antigua Editorial Del Pacífico en 1969, 422 pp., Premio de la Academia Chilena de la Lengua y que constituye la piedra angular del DECh.
Después de editado completamente el DECh, a fines de 1986, recuerdo, además,  haber iniciado otro proyecto que aquel (titulado “Repertorio Léxico de Chile”) en el que actuando junto al prof. Óscar Quiroz Mejías como colaborador, intenté realizar bajo la dirección del lingüista chileno Leopoldo Sáez Godoy; pero el trabajo absorbente del NDECh me lo impidió en absoluto, por lo cual renuncié a poco de empezar a trabajar con Sáez.
3.- ¿Tuvo algún mentor que lo iniciara en el mundo de la lingüística? ¿Qué lo llevó a ser lingüista?
 R.: Los más importantes fueron dos: el gramático Claudio Rosales Yáñez y el lingüista Dr. Rodolfo Oroz Scheibe. Cabría citar además el apoyo estimulante del gran folclorólogo chileno Dr. Yolando Pino Saavedra.
4..- ¿Tuvo algún detractor a su obra?
R.: Ninguno que yo sepa. Al contrario, el DECh fue prologado por Rodolfo Oroz S., y tuvo varias reseñas nacionales e internacionales favorables como las de Kurt Baldinger, Ambrosio Rabanales y Reinhold Werner, actual director del proyecto Augsburgo del Diccionario de Americanimos, sin contar las continuas menciones y trabajos estimulantes más recientes del lexicógrafo español Manuel Seco T., autor, entre muchas otras obras, del Diccionario del Español actual y de un valiosísimo Manual de Lexicografía editado por Gredos.
5..- ¿Cuál fue su relación con Rodolfo Lenz y Rodolfo Oroz?
R.: El primero pertenece al simple plano de los estudios universitarios (falleció en 1938) y de la bibliografía consultada. El segundo fue mi profesor de Latín y Gramática Histórica del Español durante 1944 a 1945.
6.- ¿Tuvo algún tipo de diferencia con Gastón Carrillo o Ambrosio Rabanales?
R.: Solamente diálogos académicos  entre colegas
7.- ¿Hasta cuándo hizo clases en la Universidad de Playa Ancha?
R.: No lo recuerdo exactamente; pero debe de haber sido por allá por 1994, en que le pedí autorización al rector Óscar Quiroz para dedicarme exclusivamente a la investigación y (si llegara el caso) a dirigir alguna tesis o a dictar cursos de mi especialidad para un magíster en Lingüística.
8.- ¿En qué consiste la investigación en la que está actualmente, me puede hablar un poco de ella?
R.: Junto con el prof. Óscar Quiroz estamos actualmente dedicados a escribir un libro guía especialmente dirigido a los futuros lexicógrafos chilenos, titulado provisionalmente “La Lexicografía de ayer y de hoy”, basado en una pauta cronológica con información detallada de lo hecho en la materia (a través de los siglos), tanto en España como en Hispanoamérica (incluyendo naturalmente a Chile, que ocupará un lugar destacado).
9.- ¿Tuvo alguna importancia el contexto histórico, social, político que lo rodeó a través de todos estos años?
R.-  Ninguna en especial, ya que el léxico se mueve constantemente, sin parar, a través del tiempo. Solamente se va tiñendo con las ideas y los sentimientos, anhelos y planes de la gente; pero este punto compete ser analizado más por sociólogos e historiadores que por los “inocentes” y objetivos lexicógrafos, los cuales terminamos nuestro trabajo mostrando simplemente los resultados de nuestras experiencias e investigaciones en el plano del vocabulario.
10.-  ¿Cuáles son sus principales ideas filosóficas?
R.: Pregunta que me queda demasiado grande para responderla con verdadera solvencia, ya que no soy filósofo. Solo podría decir que veo que el solo hecho de vivir la vida, que más que una simple maravilla, es un real milagro, constituye una fortuna más difícil de lograr que ganar una lotería universal. Por ello mismo, en señal de gratitud hacia Dios y la vida, debemos cumplir nuestra misión con tal idealismo y entrega como para vivir y morir en paz por tanta libertad y dones concedidos, y dentro de lo posible, hasta el último suspiro.
11.- Y Ud. me dijo que este año se iba a presentar su nuevo diccionario, ¿es una nueva actualización de los 8 tomos que ya tiene el DECh? ¿Me puede decir el lugar y el nombre del evento en el que se presentará?
R.: El DECh ya no tiene hoy 8 tomos: tiene 10, que se divide en: 5 del siglo pasado (DECh) y otros 5 del siglo presente (NDECh) (más un breve volumen introductorio de 150 pp.) con un total general de cerca de 12.000 pp. La introducción fue lo primero que hicimos con Óscar Quiroz y duró un poco más de dos años en llevarla a buen término. Es una obra que da cuenta de la estructura del lexicón en proyecto más el método del  trabajo que se iba a poner en práctica durante la ejecución del diccionario. Fue editado en 1983, bajo el patrocinio del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, que acordó otorgarle el primer premio en investigación lingüística. En cuanto al lugar en que se presentarán  los dos últimos tomos del NDECh,, normalmente es la sala de actos de la UPLA.
12.- ¿Fundó y/o aplicó alguna escuela o corriente al estudio del lenguaje?
R.: No poseo tanto talento ni tanta preparación como para fundar ninguna; pero sí he podido aplicar en mis trabajos algo del estructuralismo lingüístico de Louis Hjelmslev (según los datos aportados por Emilio Alarcos Llorach). Y más tarde, en mis dos libros, Manual de Fonología Española y Fonética Chilena, puse en juego algo de la Lingüistica Generativa creada por Noam Chomsky.
13.- Además de don Daniel Lagos Altamirano, ¿Qué otros ayudantes importantes tuvo?
R.: Son varios (no sé si recuerde todos sus nombres y apellidos): los profesores actuales, principalmente: Óscar Quiroz Mejías, Dora Mayorga Aravena, Juan José Peña Álvarez, Bruno Barbagelata Cánepa, Teresa Moya Díaz, Hugo Cifuentes Salinas y Marina González Becker. En investigación lexicográfica recibimos el apoyo de varios de estos profesores y, especialmente, el de Cecilia Copello Cruz, Antonio Riffo Farías y el de Patricia Arancibia Manheim.
14.-  ¿A qué se dedicaba antes de estudiar su primera carrera?
R.: A leer mucho y a escribir algunas poesías (cerca de 40) y unas pocas narraciones que con el tiempo llegaron a materializarse también en unos cuarenta cuentos, además de un par de novelas, obras modestas que han sido desde siempre mi hobby preferido.
Debo agregar que después de estudiar Derecho en la Universidad de Chile en Santiago, ejercí ocasionalmente como abogado en Valparaíso, durante cerca de quince años, nada más que para complementar los gastos que demandaba la educación primaria, secundaria y universitaria de mis siete hijos, los cuales son mi gran afecto, admiración y orgullo, ya que todos, sin excepción, son actualmente profesionales exitosos.

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