sábado, 7 de julio de 2012

No todo misterio exige fe... ¡La apocalipsis, por ejemplo!

Apocalipsis.

                     Soneto de Félix Pettorino.

Tarde o temprano serás destruido
célula a célula, hueso por hueso,
pulverizado en un puñado espeso
y aventado al aire al primer soplido.

Frágil consuelo puede ser que el mundo
también ha de caer piedra por piedra,
sin quedar en pie ni una brizna de hiedra,
todo en la Nada, en un sueño profundo.

La antimateria cambiará el esquema,
positrones darán el estallido
atacando a electrones, sorprendidos

por una falla previsible del sistema.
Y no quedarán aves ni nidos,
¡no quedará ni el verso de un poema!

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