lunes, 9 de julio de 2012

¿Desearías revivir escenas de tu pasado? ¡Amadeus es la solución!

El relojito retrotemporal.

                                                               Por Félix Pettorino.

          Se trata de una especie de reloj circular de bolsillo, de esos antiguos que usaban nuestros tátaras, provisto de una cadenita delgada, que puede colocarse en el “perrero” o “bolsillo perro”, que es una suerte de tajito que sirve de entrada a una bolsita de género, que los sastres suelen instalar en la parte derecha del pantalón masculino o femenino de la persona que desee guardar allí cosas muy pequeñas, como algún boleto o boleta, dinero, anillo, relojito, etc. etc. En los “ternos” de antaño, nuestros abuelos guardaban estas cosas en el bolsillo inferior del costado izquierdo o derecho de su chaleco.
          Pero no creas, lector amigo, que se trata de un reloj cualquiera, sea de cuerda, de cuarzo o electrónico. ¡Rotundamente no! Es un dispositivo muy curioso, y no tanto por la forma, que es circular -como acabo de decírtelo-. Lo raro es la esfera del relojito retrotemporal, que está trazada desde la orilla hasta el centro en cuatro círculos concéntricos desde el de mayor al de menor diámetro, en la siguiente sucesión:
         El propietario del relojito retrotemporal debe pulsar con el dedo índice cada uno de los localizadores temporales del acontecimiento que se desea representar durante el sueño: primero A): el año para lo cual debe marcar (como si fuera un celu o un teléfono cualquiera), cuatro números sucesivos, según el año de que se trate (1951. 1983, 1995, 2007..., etc.) enunciados sucesivamente uno a uno dentro del círculo de la siguiente manera: 0 1 2 3 4 5 6 7 8 ó 9; segundo B): el mes, en un solo dígito ( o dos según el caso) que sea del 1 al 12, esto es, respectivamente desde enero a diciembre); tercero C): el día  exacto, eligiéndolo desde el 1 al 31, según el día que sea aquel mes en que ocurrió el acontecimiento que te afecta como experiencia ya vivida y que tú desees reproducir; y cuarto D): la hora precisa dentro de la cual dicho acontecimiento sucedió, marcándola, como es lógico, en una cifra que va del 1 al 24, (con tales 24 números se evita la posibilidad de agregar en un quinto círculo concéntrico la distinción entre A. M. y P. M.).
           Al llegar a este punto me es preciso agregar un dato esencial: todo relojito retrotemporal posee la propiedad de ser personalísimo, nadie sino su dueño puede usarlo, so pena de sufrir el intruso o ladrón un fuerte y doloroso golpe de corriente al intentarlo… Atañe exclusivamente a la “vida y milagros”, intereses y decisiones de su propietario, que a su vez está protegido por sus huellas digitales. En el mismo momento de adquirirlo, debes marcar tus datos personales en el sector opaco del reverso y el relojito empezará a registrar tu vida segundo a segundo y a incorporarla automáticamente en su disco duro con capacidad de unos 500 o más gigas de almacenamiento. No será necesario que complementes la información del relojito con datos biográficos nuevos, ya que dicho dispositivo (que está conectado radialmente con “el disco duro” tu cerebro) la va acumulando automáticamente a medida que se desarrolla tu vida y tus experiencias Puedes, si así lo deseas, digitar datos biográficos nuevos sobre su pantalla, pero te aseguro que esta medida es absolutamente innecesaria por lo que te acabo de expresar… Y una información importante: no necesitas andar todo el tiempo, para arriba y para abajo, con el relojito de que estamos hablando: Basta que lo guardes a buen recaudo en algún lugar de tu habitación para cuando lo necesites, lo cojas con tus propias manos y lo guardes en alguna parte de tu vestimenta: una vez que tal instrumento tomó en contacto contigo, se pondrá automáticamente al día en materia de información relativa a tu persona, de modo que quedará en el acto totalmente actualizado.
          De más está agregar que los límites temporales del relojito retrotemporal ratifican justamente el carácter de “prenda personalísima tuya” que posee, ya que está limitado hacia el pretérito por el día y hora exactos de tu nacimiento y hacia el futuro, por el momento exacto en que lo estás consultando. Como podrás comprenderlo fácilmente, la determinación exacta y precisa del “lugar” en que ocurrieron los hechos no hace de ningún modo necesario precisarlo, ya que en este caso tal lugar depende lisa y llanamente del tiempo pasado personalísimo registrado en el relojito de marras.
           Debo advertirte, por último, que desde el mismo instante que lo adquieres estás obligado a hacerle mensualmente una mantención de batería enchufándolo a una corriente eléctrica adecuada de cualquier parte, principalmente en tu lugar de residencia.
           Después de marcar la cuarta cifra sucesiva, siempre que hayas tenido la precaución de encasquetarse previamente el gorrito “Morfeo”, aparecerán  al comienzo de tu sueño los acontecimientos del pasado que hayas deseado reproducir. Y en unos escasos 2 ó 3 segundos después que te hayas dormido, el relojito proyectará, en su ambiente pretérito originario, el acontecimiento elegido, a partir de la fecha y hora exacta indicadas, eso sí que con la posibilidad de hacerlo variar a tu gusto (dentro del sueño, se entiende) hacia atrás o hacia adelante hasta el exacto momento en que tú como usuario lo desees, de modo de tener la posibilidad de ver reproducido fielmente (y en tres dimensiones) lo que realmente sucedió en la fecha indicada por los cuatro círculos concéntricos y teniéndote a ti (si así lo requiere el acontecimiento elegido) como personaje dentro de ese ambiente. Pero ello no es necesario: puede tratarse de sucesos que ocurrieron sin que tú estuvieras presente y de los cuales solo tomaste conocimiento mediante información;  pero (se entiende) siempre y cuando no se trate de un error o mentira. El solo hecho de no aparecer en el sueño es señal segura de que a ti no te incumbe ni te afecta en absoluto la escena o escenas correspondientes a la fecha e instante marcados en el relojito. Por ejemplo, si tienes alguna duda acerca de los detalles de la conversación, incidente, discusión o pelea librados por ti con cierto amigo, amiga o con cualquier otra persona, y dicha escena no aparece o no figuran en ella ninguna de tales personas, es prueba de que en la fecha marcada por el  relojito retrotemporal los acontecimientos soñados no te afectan o, dicho en otros términos, que no ocurrió en esa fecha algo que ratificara tus dudas o sospechas. Pero, ¡cuidado!, podría haber sido en otro momento. Entonces deberás darte el trabajo, si lo estimas conveniente o necesario, de buscarlos en fechas y horas posibles mediante indicios o recurriendo a otros artificios creados por Amadeus, como la memoriadora encéfalomagnética o la litera revivificadota.
         Fácil es entender entonces que el relojito retrotemporal es una suerte de ayudamemoria confiable para revivir durante el sueño, con realismo de fecha y hora exacta, cualquier instante, situación, incidente, suceso, etc., que tú hayas vivido en el pasado o aún más, que te haya afectado de alguna manera estando tú presente en ese momento preciso.
         La ventaja más sobresaliente de este aparatito es que tiene la capacidad, no solo la de revivir visual y auditivamente durante el sueño el momento exacto vivido, sino la de informar además (y con cierta certidumbre) el día y la hora del hecho del pasado que es objeto de tu indagación. De este modo puede ser una real prueba de lo que aconteció y puede servir de valioso dato para tu conciencia, puesto que te permitirá rectificar cualquier error acerca de lo obrado por ti o que haya sido tergiversado por algún desmemoriado (puedes ser tú mismo), por un mentiroso o por un calumniador. Se constituye así, en el mejor defensor de tu tranquilidad y dignidad personal al nivel, tanto de la conciencia como de la subconciencia.
           Es de desear, eso sí, que trates de evitar, en lo posible, cualquier acontecimiento que pudiera afectarte gravemente, como podría ser, por ejemplo, la muerte o el accidente mortal presenciados por ti de un pariente o amigo respecto del cual tengas a mano la fecha exacta. En tal caso aparecerá una luz roja titilante que te indicará la no conveniencia de soñar con tal acontecimiento.
         En esta parte de mi exposición sobre las propiedades del relojito, es mi deber reiterarte que el tal adminículo es exclusivamente de tu uso personal, ya que en el mismo instante de adquirirlo o de recibirlo como regalo, debes pasar por un proceso de identificación muy estricto, incluidas las huellas digitales de ambas manos, y aún (para tu mayor seguridad) con tu ADN incluido, que el mismo aparatito se encargará de determinarlo y de dejártelo incorporado.
         De este modo, es absolutamente imposible que lo pueda poner en funcionamiento cualquiera otra persona sin tu consentimiento, ya que está irremediablemente  bloqueado para los extraños.
         A mayor abundamiento, si llegaras a imaginar que lo has perdido o que te lo han hurtado o robado, porque no lo has podido encontrar en ninguna parte, no te aflijas: Nadie que no seas tú, podrá ponerlo en funcionamiento, ya que, además, sólo marca, cuando tú lo pones en uso, los acontecimientos de tu vida personal, vedados absolutamente al conocimiento de los intrusos. Y cualquiera que sea el tiempo transcurrido sin haberlo podido recuperar, salvo claro está, que algún día llegaras a encontrarlo, lo cual es en alguna medida factible, ya que tu sola presencia hará funcionar un mecanismo de luces y voces con tu nombre de pila incluido, que hará más fácil el hallazgo. En ese mismo instante podrás disponer sin problema de tu aparatito, como si fuera un “poodle” enano convertido en tu fiel y servicial mascota…
         Pero ¡cuidado, apreciado lector! El relojito retrotemporal bien podría ser también un arma “de doble filo”, porque puede delatarte o dejar al descubierto tus intimidades, si tienes la mala costumbre de hablar, o lo que es peor: de pregonar lo que te está pasando durante el sueño...
        Consejo: si teniendo este defectillo, estás dispuesto a usar el aparatito de marras, cuídate (cuando lo vayas a usar) de dormir solo y en un cuarto cerrado con llave, ya que el fuerte efecto síquico que implica la visión de un pasado real es un factor que suele exaltar los ánimos, a tal grado como para revelar a gritos la pura y santa verdad de todo lo que hayas hecho o te haya sucedido...
          Lo que conviene hacer entonces es usar el relojito retrotemporal estrictamente en privado, a fin de rememorar lo bueno (o también lo malo) que hayas hecho en tu vida o de disfrutar con el recuerdo de los sucesos ya idos, sin perjuicio de arrepentirse (llegado el caso) del mal que tú pudieras haberte causado a ti mismo o a los demás, quienquiera que haya sido el perjudicado con aquella acción errónea o malintencionada.
          Pero, dejando a un lado estas advertencias con sus percances e inconvenientes, debes tener en cuenta que el relojito retrotemporal permite disfrutar reviviendo los momentos más felices de tu vida, en especial para volver a sentir el grato contacto con todos aquellos seres bienamados personas y lugares (o animalitos, en especial mascotas) que hayan desaparecido irremediablemente de tu vida y que anheles vivamente volver a verlos y a alternar con ellos, aunque sea en sueños, haciendo renacer los instantes más dichosos de la común y ya pasada existencia vivida con ellos....

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