lunes, 30 de julio de 2012

CUESTIONARIO A FÉLIX M. PETTORINO.


Contestado en Viña del Mar, el  24 de agosto del año 2006.

1.- ¿Desde cuándo usted está ligado a la Quinta Región? ¿Nació en Valparaíso?
Nací en Valparaíso en 1923. Regresé a mi ciudad natal en 1952. En 1969 emigré a Viña del Mar, primero al cerro Recreo. Luego, en 2002, a la Población Vergara donde resido actualmente..

2.- ¿Con qué ciudad se siente más identificado? ¿Por qué?
Desde el punto de vista espiritual y afectivo, evidentemente que me siento más identificado con Valparaíso, no solo por ser mi lugar de nacimiento, sino por toda la monumental historia de desafíos que hay tras esa denominación: el trozo de mar en que emergió la primera Escuadra Nacional y luego la Expedición Libertadora rumbo al Perú, el diario más antiguo de Chile actualmente en creciente proliferación y vigencia, los grandes escritores, como Rubén Darío, Joaquín Edwards Bello, Augusto D’Halmar, los magníficos pintores que fueron Mauricio Rugendas, Juan Francisco González, Thomás Somerscales, Camilo Mori; la primera emisión televisual de la UCV, el Congreso Nacional radicado aquí. Otra cosa es que por razones de comodidad (y también de seguridad) me encuentre radicado en su hermana menor, Viña del Mar. La verdad es que hoy por hoy no resulta tan cómodo ni seguro caminar libremente y a toda hora por cualquier calle, avenida o plaza de Valparaíso.

3.- Como ciudadano, ¿una persona puede generar apego a su comuna?
Pues, realizando obras de bien público, que sean beneficiosas y perdurables, y no solo desde el punto de vista puramente físico, como en el área de la construcción, salud o economía, sino también en el aspecto espiritual y cultural: la labor solidaria, la creación artística, la invención tecnológica y la investigación científica. La educación y la cultura demandan actividades vitales que naciendo y floreciendo en cada ciudadano, se proyectan como fuerza revitalizadora hacia el futuro, no solo de la región, sino de toda la comunidad humana y trasciende los limitados contornos del país. Es una tarea necesaria que comienza en el hogar, sigue en la escuela o en la universidad y se proyecta por toda una vida. Por eso es tan necesario que todo individuo de esta tierra tenga acceso al privilegio de la educación y la cultura.

4.- ¿Cómo cree que los ciudadanos han ido colaborando a través de los años para sacar adelante esta región?
De modo desuniforme y vacilante, cada uno con su especial visión de la vida en comunidad. Todavía en Chile se ve mucho individualismo con escasa consideración al bien común. Basta mirar el estado en que se hallan nuestras calles, las fachadas de nuestras casas, los desechos y grafitis avistados por doquier. Un espectáculo deprimente no solo para sus pobladores, sino para cualquier visitante que viene a disfrutar de este “Patrimonio de la Humanidad”. Pero por suerte nos quedan todavía almas creadoras, generosas, visionarias, personas que poseen el afán de mejorar las desigualdades sociales, los males comunitarios, el combate sereno y criterioso contra lacras sociales, como la delincuencia, el alcoholismo y la drogadicción.

5.- ¿Qué importancia tiene la población en esta tarea?
Toda o casi toda. Se trata de un tema que es más propio de la “soberanía popular” o “imperio colectivo”, que de las decisiones circunstanciales de la autoridad. Comienza en la cultura que debiera entregar cada hogar y cada escuela, el amor al prójimo sin distinciones ni discriminaciones, el cariño a la naturaleza, la protección del entorno en que aún podemos convivir. Cultura por sobre todo, la que conduce a la verdadera “civilización”, al desarrollo de la creatividad, del buen criterio, de la inteligencia y espíritu solidario del hombre en todo sentido.

6.- ¿Qué cosas del pasado regional usted echa de menos?
El pasado, pasado está, aunque solía ofrecernos algunas cosas mejores que los “bienes” actuales, como la casi nula contaminación del ambiente, la inexistencia de la drogadicción y del sida como males sociales, la seguridad ciudadana y la gratuidad de la educación fiscal en todos los niveles. Sin embargo, fuerza es reflexionar sobre el presente, hacer las cosas bien, pensar derechamente antes de actuar, procurando crear un mundo mejor para el futuro.

7.- ¿Recuerda alguna anécdota que haya sucedido en esta región?
La mejor anécdota (aunque de desenlace trágico) que recuerdo data del siglo antepasado (entiendo que en 1866) cuando el presidente José Joaquín Pérez fue invitado a navegar por la rada de Valparaíso en el submarino recién fabricado por Duprat. El mandatario, con su cachaza de roto chileno, por toda respuesta le denegó tácitamente la invitación: –¿Y si se chinga? Y así fue no más. El artefacto se hundió y murieron todos sus tripulantes, empezando por su inventor.

8.- ¿Cómo ha ido creciendo esta región respecto del área de las Letras?
“–Mahoma”– diría yo en chileno, dentro del contexto de los tiempos en que vivimos y del país en general. Tenemos varias universidades abocadas al estudio de las poco apreciadas “humanidades”, que hoy no dan para vivir holgadamente a ningún profesor que logre formarse en ellas, y ni siquiera al escritor o artista, el poder usufructuar como autor de los libros o productos informáticos que ofrece el mercado, esto último gracias a una indiferente y generalizada piratería que cuenta con la complicidad de los propios ciudadanos. Lo peor es que en esta “política de mercado” se ha llegado a concluir que arte y cultura no sirven para incentivar la economía ni para producir grandes ganancias inmediatas en dólares o euros, por lo cual se las suele desdeñar o dejarlas calladamente como “parientes pobres”, aun en las políticas “oficiales” de los diversos gobiernos de turno.

9.- ¿Qué falta por hacer al respecto todavía?
Sin ser “político”, podría sugerir algunas medidas para subsanar carencias observables en el Chile de hoy: 1) Retornar, aunque sea gradualmente, a la gratuidad total de la enseñanza fiscal, tanto escolar como universitaria. Razón: la educación, como la vida, es un don gratuito y la viga maestra en que descansa el futuro de las naciones. Si ello implica un mayor gasto, resolver con valentía y decisión el problema con impuestos a las mejores utilidades y rentas anuales de personas naturales y empresas. 2) Una política de Estado para optimizar el rendimiento profesional de los maestros sobre la base de incentivos a los más capacitados, y cursos de reciclaje o perfeccionamiento para los de situación académica más precaria. 3) Hacer todo lo posible por mejorar ostensiblemente la situación económica de los hogares más pobres. Reajustar en un altísimo porcentaje la asignación familiar, sobre todo la de los hijos, de modo de estimular el crecimiento demográfico del país y hacer más llevadera la situación en que se debaten los más necesitados, que son los que generan más descendencia. 4) Estimular la cultura en todas sus manifestaciones: investigación científica y tecnológica, artes (teatro, música, pintura, escultura, literatura, etc., retornando, además, a la asignación de premios anuales en estos rubros de la cultura.

10.- ¿Qué consejos le daría usted a las generaciones venideras?
Que se preparen con ahínco a fin de afrontar el futuro y para servir en la mejor forma posible a sus semejantes. Que sean idealistas, pero más de un trabajo “real” que de sueños irrealizables. Que, sin dejar de exigir, tratemos de acceder a nuestros logros por nuestros propios medios.

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