Es inútil decirle.
Soneto de Félix Pettorino.
Al que ama las riquezas de este mundo,
al que sólo colmado y feliz se siente
cuando capta el tintineo prepotente
del oro entre billetes nauseabundos,
sin importarle su destino inmundo
al trocarse en opresión y muerte,
hay que gritarle con la voz más fuerte:
“–Estarás algún día moribundo,
en la tumba ningún tesoro es caro:
si es material, no vale ni sencillo,
y ante Dios no puede ser más claro
que hasta del oro, falso sea el brillo”.
Mas, es inútil recordarle al avaro
que la mortaja nunca trae bolsillos.
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