sábado, 7 de julio de 2012

Antes de cambiar de amigo o amiga, piensa si tú tienes algo de culpa...

El compañerador desechable.
(invención tecnoficticia de Amadeus)

                                                  Por Félix Pettorino

¿A quién no le agradaría tener un compañero o compañera con quien ensamblar en intereses e ideales comunes y trabar conversaciones ágiles y entretenidas?  Y, además: ¿divertidas anécdotas o situaciones, de modo que parezca que el tiempo no está transcurriendo de verdad, porque las horas han pasado volando?
Mas, a pesar de lo gratas que parecen ser estas perspectivas, es común que al cabo de algún tiempo te desilusiones de tu amigo o amiga y descubras que a quien considerabas como tu compañero o compañera ideales y “para siempre”, se le han estado antojando determinadas actitudes o acciones francamente desagradables, como no auxiliarte cuando más lo necesitabas, mentirte, quedarse con algo que era de tu propiedad o engañarte con algún fin, burlarse de ti, ponerte mal frente los demás, olvidarse por completo de la amistad entablada y prescindir de ti, cuando tú esperabas que jamás lo haría, instrumentalizarte en beneficio de sus propósitos inconfesables, ejercer “bulliying” solo o acompañado de otros en contra de tu persona, etc., etc.
Resulta, pues, que a Amadeus, a quien seguramente le acontecieron en su breve vida problemillas similares a los recién enumerados con uno que otro “amigui”, se le ocurrió la receta precisa para evitar de modo tajante y sin quebrantos que esta desagradable situación te llegara a atormentar algún día, no sólo en tu vida consciente, sino durante tus sueños tipo pesadillas, que han llegado a convertirse en una especie de drama personal como triste consecuencia de tu desilusión ante las “desconocidas” que te ha hecho quien considerabas la mejor de las compañías con que contabas…
 Y para ese efecto, con el fin de que ganaras una útil experiencia capaz de proporcionarte una mayor capacidad en la elección de tus amistades, creó el artificio que dio en llamar “el compañerador desechable”.
Basta el nombre, para comprender de qué clase de ingenio o artificio estamos hablando. Es una suerte de imaginería virtual que va plasmando tu sueño sobre la base electiva de un varón o dama de una edad similar a la tuya, esto es, a la del usuario. El tal “compañero” masculino o femenino, de acuerdo con tu elección, consiste en señalar con el índice cada una de las múltiples fotografías de cuerpo entero que te va exhibiendo la pantalla del aparatito similar a un “blackberry” que andas trayendo contigo con imágenes a todo color de aquellas personas que has escogido como posibles amistades deseables.
Ellas van a compartir sucesivamente durante tu sueño el rol o papel del amigo o compañero tuyo inseparable, al menos mientras dure la función, en que ciertamente habrá que pasar, a modo de prueba, por una variada seguidilla de aventuras y anécdotas de lo más entretenidas que los actores deberán afrontar con éxito. Dicho sea de paso, el sueño bien podría representar también un virtual pololeo a prueba, (ni más ni menos que como lo son todos o casi todos los compromisos temporales de este tipo) o, en general, con alguien que tú conozcas, y que sea escogido de una lista de fotografías de diversas personas conocidas que sean realmente de tu agrado. El propósito es el de someter a la persona seleccionada a un decisivo examen de su comportamiento en relación con tu persona.
El acompañante escogido es solamente un clon robotizado de la persona escogida, cuya conducta está de antemano programada de modo de actuar con la misión de manifestar afecto y lealtad hacia ti o  hacia quien deba servir de compañía, so pena de ser desechado y eliminado del sueño si adopta una actitud contraria a los múltiples deberes y obligaciones a que está sometida su vinculación con su amigo o compañero habitual
La sanción que recibirá será inmediata: deberá ser sustituido en el acto por otro clon extraído de las fotografías preseleccionadas, que tú puedes aceptar o rechazar libremente de la misma manera en que lo hiciste durante tu primera elección, hasta que la serie de fotos virtuales te muestre la imagen del clon que te satisfaga y, en consecuencia, llegues a sentirte más seguro (o segura) y dispuesto (o dispuesta) a convertirlo en tu siguiente elección de nueva, útil y hasta valiosa amistad  con un probado índice (algo subjetivo, eso sí) de durabilidad o permanencia en el tiempo....
La serie de clones que sustituyan a los rechazados es prácticamente indefinida y las fotografías que previamente selecciones no se aplican obligadamente a gente conocida. Cuida eso sí, si eres un (e)lector demasiado exigente, de que los sueños que tengas con este jueguito no se te pasen enteros eligiendo los clones (o, si quieres, las clonas) que te deberán servir de compañeros (o compañeras) en la sesión onírica siguiente...
Pero aunque sea así, de todos modos vas a pasar por sueños muy entretenidos, eligiendo a tu compañero o pareja ideal..., aunque, una vez hecha la elección  (como suele pasar), no te dure tanto como a lo mejor lo esperabas…
Porque hay inserto un factor implícito, que para no desencantarte no hemos considerado hasta ahora: ¡tu comportamiento!
Examínate bien, a fin de apreciar lo más objetivamente posible si algunos de los fracasos se han debido, en todo o en parte, a tu propia manera de actuar o a tus propias actitudes o debilidades.

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