lunes, 6 de agosto de 2012

¿Quisiera usted, joven lector, ser profesor? Infórmese de los requisitos, entre los cuales no he puesto el no reclamar por los bajos sueldos...

Perfil mínimo, aplicable a quienquiera  tenga el anhelo de ejercer como maestro docente en cualquier país del globo.
NOTA: Por falta de experiencia en la materia, no me he atrevido a poner las condiciones o los requisitos propios del profesor de Educación Física o de algún arte en especial. Creo que no le será del todo inútil leer este tema, aunque sea por mera curiosidad,,,

                                                        Por el prof. Félix Pettorino

1.-Rasgos humanos:

1.1. Vocación a toda prueba, adhesión incondicional a la noble labor de educar, de formar a la juventud para que sea capaz de sortear con éxito las condiciones del mundo circundante presente y sobreviniente, tanto en el aspecto natural como en el cultural. Capacidad de inculcar durante el ejercicio de su magisterio la tolerancia y el respeto a las diferencias ineludibles, en términos de raza, sexo, ideología, rango social o económico de nuestros semejantes. En suma: maestro y educador por propia y espontánea decisión; y no un mero instructor o pasante de materias.

1.2. Voluntad de entrega y de sacrificio, cualesquiera que sean las condiciones adversas en que le corresponda desempeñar su tarea. Capacidad de ejercer la justicia al sancionar de palabra (jamás con violencia verbal o física) algún acto lesivo de la moral y calificando el rendimiento insuficiente de los alumnos con el mejor espíritu de comprensión por las dificultades o tropiezos experimentados durante el aprendizaje, sin demostración alguna de enojo o aún de mera incomodidad ante las bajas en el rendimiento, utilizando siempre el reconocimiento de algún defecto en la enseñanza o en el aprendizaje y la siempre benéfica vía del diálogo personal y del consejo pedagógico.

1.3. Respeto absoluto por la dignidad y derechos fundamentales de todos cuantos sean sus alumnos y capacidad inagotable para comprender, solidarizar con los débiles o los oprimidos, para amar y perdonar como verdadero padre, cualidad esta que puede llegar a convertirlo en un ejemplo y modelo viviente para sus alumnos y compañeros de trabajo.

1.4.  Honestidad a toda prueba en todas y cada una de sus actividades, sinceridad y probidad absoluta en su actuar académico y humildad para reconocer los propios errores, en especial ante sus alumnos.


2.- Rasgos profesionales generales:

2.1. Sólida cultura humanística, que comprende tanto la literatura de su propia lengua como la universal, incluidos sus fundamentación filosófica, histórica, social y sicológica.

2.2. Rigurosa preparación científica, que no sólo le permita analizar, evaluar y recrear la producción y obras de la cultura humana, sino dirigir, corregir y enmendar rumbos en la investigación que realice con sus pares o estudiantes. Mantenerse constantemente al tanto en los avances del conocimiento en la materia que enseña, preocupándose de mantener un archivo y una biblioteca propia de la información que vaya recogiendo y tratando continuamente estos temas con sus colegas de asignaturas.

2.3. Formación pedagógica de alto nivel que no sólo comprenda la puesta en práctica de un plan o programa de estudios, sino también la capacidad de proponerlos, recrearlos, enmendarlos, modificarlos y de discutir críticamente acerca de ellos.


3.- Rasgos propios del maestro en lengua materna:

3.1. Dominio general de la lengua materna, tanto en su nítida y adecuada pronunciación y tono de voz, como en el conocimiento profundo de su articulación lingüística fónica, morfosintáctica y semántica, incluido un rico manejo del vocabulario.

3.2. Conocimiento profundo de la historia de la lengua, por lo menos desde sus orígenes latinos; versación acerca del desarrollo histórico del pensamiento, de la cultura y de las manifestaciones artísticas, particularmente literarias, del mundo hispánico, y en mayor extensión, al menos del de Occidente.

3.3. Capacidad creativa en el idioma, capacidad para encauzar individual y colectivamente a los jóvenes en la investigación, creación, recreación y análisis del pensamiento y en la producción lingüística y literaria y de autocorregirse, de modo de que lleguen a capacitarse adecuadamente y a interesarse a la vez en todas las cuestiones relativas a la producción del pensamiento y del arte por medio del idioma.

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