1868: Inés Echeverría Bello de Larraín [Iris] [Santiago, 22.12.1868 – Santiago 13.01.1949]. Bisnieta de Andrés Bello, su madre, Dª Inés Bello Reyes, fallece a los pocos minutos de haber nacido su hijita, a causa de complicaciones propias del parto, razón por la cual fue criada por su tía paterna, Dolores Echeverría. Eran los tiempos en que las familias acomodadas se valían de institutrices especialmente escogidas para educar a sus hijas en lo que en la sociedad se estimaba indispensable para actuar tanto en ella como dentro del hogar. Y así fue como doña Inés aprendió religión, música, bordado, francés e inglés, además, se entiende, de lo que la tía Dolores podría aportar en materia de manejo del hogar.
Llegada ya a “la edad de merecer”, como antaño se decía, cuando contaba con 23 años, contrajo matrimonio con el capitán Joaquín Larraín Alcalde. La pareja se estableció en la casa paterna de Inés y del matrimonio nacieron cuatro hijas: Rebeca, Iris, Luz e Inesita.
Una de las características más sobresalientes (y novedosas para la época) de Inés Echeverría fue su obstinada rebeldía frente a las convenciones conservadoras de su clase social respecto al rol de la mujer. La reacción del ambiente en que desenvolvía su singularísima existencia pasó a ser controversial, como solía calificársela, cuando no contradictoria: “beata para los ateos y herética para los eclesiásticos”... Sin embargo, no cabe duda alguna de que Iris era una mujer talentosa, de personalidad recia a la vez que muy honesta, y dotada de gran experiencia a través de sus numerosos viajes, por Estados Unidos Europa (en especial, España, Francia y Alemania), sin descartar la obligada visita al Oriente.
En 1905, publica su primer libro Hacia el Oriente en forma anónima. Luego utilizará generalmente el seudónimo Iris, aunque también utiliza Inés Bello o, a veces, el más ostentoso de Rainbow. Seguramente no quería aparecer en el primer plano de la intelectualidad. Ella misma, como la delatan algunas de sus primeras obras, se sabía no muy bien preparada en cuestiones idiomáticas, Y no deja de ser cierto, ya que sus libros, especialmente los primeros se caracterizan por un gran descuido gramatical y por la continua repetición de voces, frases e imágenes. Esto último es particularmente notorio, no solo en la obra recién citada sino también en Cuando mi tierra era niña y otras publicadas en 1910, como Hojas caídas, Tierra virgen y Emociones teatrales”. En Perfiles vagos, la última de esta primera fase de su producción, se observa una mayor madurez, sobre todo en el relato que hace de las entrevistas hechas en sus numerosos viajes a mujeres sicópatas, con lo cual alcanza a poner una nota sorprendente en aquella época, de aquel naturalismo que se estaba desbordando con Zolá y otros de los escritores de comienzos del siglo XX.
Más tarde su obra se orienta hacia la crítica social en dardos lanzados con mordacidad no exenta de energía contra la clase dirigente del país. Satiriza por igual a “las muchachas aristócratas para quienes cada fiesta es un combate en que se juegan la conquista de su porvenir, por ventajoso matrimonio”; o “las mujeres que hacen de la religión una especie de “ropa hecha” que de alguma manera hay que ajustar al cuerpo” (citas estas de Montes y Orlandi, , p. 109). Pero la peor y la más certera crítica es la que reproducen a reglón seguido estos autores: “Las mujeres sienten el ahogo de una larga opresión, no respiran, ..., han crecido sus alas en la clausura helada de los patios coloniales quedando siempre excluidas de actividades y exentas de toda responsabilidad”.
La única obra que publicará con su nombre real será Por él, novela autobiográfica en el que da un certero testimonio de los antecedentes de la tragedia en que Roberto Barceló, el esposo de su hija Rebeca la asesina sin contemplaciones. El libro, que fue todo un impacto periodístico en su tiempo, es a la vez un elocuente y bien fundamentado alegato para conseguir la justicia en su grado extremo Y lo consigue, pues el yerno, Roberto Barceló, es en última instancia, condenado y ajusticiado en Chile.
En 1905, junto con el nacimiento de su cuarta y última hija y la publicación de su primer libro, inicia en su casa tertulias literarias a las que llegarán personajes tan ilustres como Augusto D'Halmar, Luis Orrego Luco, Hernán Díaz Arrieta (Alone), Joaquín Edwards Bello y Mariano Latorre, entre otros.
Por último, el año 1922 Iris se convierte en la primera mujer académica de la Facultad de Filosofía y Letras de nuestra Universidad de Chile.
He aquí una lista de sus obras, extraídas de Internet, gracias al buscador Google:
§ Hacia el Oriente, Zig-Zag, 1905.
§ Emociones teatrales, Santiago: Imprenta Barcelona, 1910.
§ Hojas caídas. Santiago: Imprenta Universitaria, 1910.
§ Entre deux mondes. París: Bernard Grasset, editeur, 1914.
§ La hora de queda. Santiago: Imprenta Universitaria, 1918.
§ Cuando mi tierra nació. Santiago: Nascimento, 1930.
§ Nuestra raza: a la memoria de Andrés Bello: su 4ª generación. Santiago: Universitaria, 1930.
§ Alessandri: evocaciones y resonancias. Santiago: Empresa Letras, 1932.
§ Por él. Santiago: Imprenta Universitaria, 1934.
§ Entre dos siglos. Santiago: Eds. Ercilla, 1937.
§ Cuando mi tierra era niña. Santiago: Nascimento, 1942, 2 vols.
§ Cuando mi tierra fue moza. Santiago: Nascimento, 1943, 4 vols.
§ Au-delà, poéme de la doleur et de la mort: fragments d'un journal de la mort. Santiago: Imprenta La Sudamericana , 1948.
§ Fue el enviado: no lo olvidemos. Santiago: Nascimento, 1950.
[Extraído del libro de Félix Pettorino titulado "Chile, tierra de hazañas y glorias", editado el año 2012 como un homenaje al Bicentenario de la República de Chile y auspiciado por la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso}.
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