miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Qué nos dicen los rostros que vamos viendo en nuestras vidas?

Rostros.

Del músico, pintor y poeta  Hernán  M. Pettorino.

                                     Existe un rostro de las cosas:
                                     El rostro trágico de las cosas pobres.
                                     El humilde de una carreta olvidada
                                     en un potrero.
El rostro múltiple de los árboles del bosque.
El rostro meditabundo de las piedras,
de los libros callados.

Hay un rostro límpido de cielo despejado.
Otro rostro expectante en las nubes
de tormenta.
Y un gran rostro del océano
en un verde, anchuroso azul-verde
de mar.

Hay un rostro colosal en las montañas
y el diminuto y tierno de una hoja de hierba,
y allí están las flores de rostro adolescente,
y aquí los caminos de largo rostro polvoriento.

                                     Y en la oscuridad se acerca hacia nosotros
                                     el rostro del miedo,
del deseo, la nostalgia
                                     y el llegar a hurtadillas
de mil rostros distantes.
Así vagan por la tierra esos rostros
del hambre, la peste y las guerras.

Mas, también hay los rostros
sin rostro,
como el de “alguien”
o el de “nadie.

O el rostro infinito de Dios...

Hay entre nosotros
dos rostros perfectos:
El de la madre
O el del ser más amado.

Pero siempre llevamos delante
-como una sombra nuestra-
ese rostro cansado,
sin color ni forma,
que todo ser conoce:
el rostro del Dolor.

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