1927: Enrique Lafourcade Valdenegro [Santiago, 14.10.1927]. A pesar de que él mismo se ha integrado en la generación del 50, es evidentemente un escritor muy difícil de clasificar como suelen hacerlo los críticos, no solo por la variedad de las estructuras literarias que nos ofrece a través de sus cuentos, “nouvelles” o novelas, sino por lo poco que nos va informando acerca de la extraña vida de sus personajes, que, al fin y al cabo son seres humanos, a través de lo mucho que insinúa y deja aparte o en suspenso, como para que sea meditado por el lector.
Dentro de la densidad e intrincada complejidad de algunas de sus novelas, como Para subir al cielo, por ejemplo, el lector avizora o cree entrever una suerte de vaivén mental entre la percepción del subconsciente y la semiconciencia, que implican un nivel de pérdida de la fe acerca de lo que con tanto énfasis se aseguraba que era verdadero y deseable y la desorientación de lo que hay que hacer para resolver de una vez por todas esta falta de brújula en la vida de los humanos hoy vivientes. Y sin embargo, hay, entretanto, valores que es preciso defender, como la autenticidad ante la vida y la necesidad ineludible de la libertad de pensamiento y de la acción para salir adelante. Y hay también la urgencia, siempre imposible, de acceder a las profundidades del alma y de la realidad, lo que se hace cada vez más evasivo y volátil a causa de nuestra propia inexperiencia, ignorancia o desconocimiento de lo que hay de absoluto en el fondo de todo ser y de toda cosa, y peor aún, de lo que parece ya inasible: el verdadero sentido y razón de ser de este universo que nos rodea, con toda su infinita inmensidad y su sinfín de misterios sin resolver...
Pese a todo, no cabe duda alguna que la lectura de una buena parte de las obras de este tipo generadas por el estro creador de Enrique Lafourcade, con todo el misterio insondable que contienen acerca de nosotros, de lo que somos, de lo que “realmente” queremos, del logro de un conocimiento autentificable, de la compleja realización en el amor y en todo lo que aparece como pendiente dentro de nuestra precaria existencia, nos atrae enormemente como un imán que quisiera estar apegado a uno de nuestros oídos y nos revelara lo que no sabemos y lo que debiéramos saber para ser mejores... Y eso nos entretiene, porque nos transporta a un mundo superior desconocido que de algún modo se nos va revelando, aunque sea en medio de una nebulosa. Pero, como era de esperar, es algo que siempre nos ocurre por poco tiempo y luego, muy luego, se olvida... Y se vuelve a vivir una vida que no es plena ni menos totalmente satisfactoria, esto es, que no es la vida que hubiéramos pensado o querido para nosotros, para nuestro amor, para nuestros hijos, para nuestros amigos, etc.
Lafourcade es, en verdad, un investigador de lo humano, un escritor que a ratos parece estar en un tris de descorrer todo el velo de la existencia, pero no lo hace, porque su papel es inquietarnos para que nos forcemos en lograrlo y podamos ser así, a través de sus lecturas, mucho más felices y, por lo tanto, mucho mejores y, por sobre todo, mucho más auténticos de lo que realmente somos...
No por algo estudió, no solo Literatura, sino Filosofía en la Universidad de Chile, Historia del arte en La Sorbonne y hasta en el mismo Louvre. Además, ha sido (no sé si siga siéndolo) Catedrático de Literatura en la Universidad de California.
A continuación enumero, de acuerdo con la lista de Internet, sus principales obras literarias:
Novelas, nouvelles y cuentos:
§ El libro de Kareen (1950)
§ Pena de muerte (1952)
- Asedio (nouvelle) (1957)
§ Para subir al cielo (1959)
§ La fiesta del rey Acab (1959)
§ El príncipe y las ovejas (1961)
§ Invención a dos voces (1963)
- Fabulas de Lafourcade (1963)
§ Novela de Navidad (1965)
§ Pronombres personales (1967)
§ Frecuencia modulada (1968)
§ Palomita blanca (1971)
§ En el fondo (1972)
Ensayos:
§ Salvador Allende (1973)
§ Variaciones sobre el tema Nastasia Filippone y el príncipe Mishkin (1975)
§ Tres terroristas (1976).
No hay comentarios:
Publicar un comentario