martes, 26 de junio de 2012

La humildad lírica de una poeta se revela en un hermoso poema.

Humildad lírica de María Eugenia Berríos Carrasola.

La humildad lírica es una condición poco usual entre nosotros, los que a ratos nos creemos poetas… Podríamos preguntarnos si hay alguien (yo incluido) que alguna vez, cuando ha experimentado una frustración creativa, se ha atrevido a manifestarla. Tiene que ser un alma muy pura, muy sincera y sobre todo, amante y cristalina vertiente de la poesía como la que más, poseer un sentimiento estético tan profundo y sublime, como es el caso que deseo comentar de María Eugenia, que mueva al lector a entender lo que es, en verdad, la poesía en su exigentísima expresión. Por todo esto he llegado a sentir en el fondo de mi espíritu que estoy en presencia de una artista verdadera, al menos en el riguroso arte de “hacer poesía”.
Y como un botón de oro que pueda servir de muestra, voy a presentar para los oídos y la imaginación de los lectores de este modesto blog, el poema “Se escapó mi musa” que María Eugenia se atrevió a publicar en diciembre del 2009, Revista del Círculo” (de Escritores de la 5ª Región), Nº 59-60, Año 32, p. 34. Como galardón recibió un modesto segundo premio en un concurso de poetas de reconocido prestigio. Yo, hondamente impresionado por su nobleza lírica, haciendo “caso omiso” de los demás concursantes, pues, sin ninguna duda: …¡le habría dado el primero! Y, en cuanto al poema motivo de este comentario, .helo aquí. Que el lector juzgue si es o no demasiado apasionada mi decisión.


¡Se escapó mi musa!

No dijo adiós.
Tal vez quiso ser ella,
tener su propio canto.
Se despojó
de mis silencios,
de mis versos cansinos.
Y se fue…
a contemplar cielos
y horizontes ignotos.
Tal vez buscó dormirse
en la pureza de una nube
o en capullos de anémonas
de un lejano jardín.

Ella estaba cansada
de mis afanes y desvelos,
de mis sueños…

Ah, mi Musa
me dejó sólo sus túnicas
de nieblas y lloviznas,
de hojas y de lunas.

Junto a mi lámpara,
en mi silencio pregunto:
¿Qué hará mi musa sin poeta?,
¿sin nadie que la sueñe?
¿Y qué haré yo,
sin ese cuerpo etéreo
al que vestía con mis versos?

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