martes, 12 de junio de 2012

Homenaje a la vida fructífera y feliz de mi consuegro. Por Félix Pettorino

A don Fernando Carramiñana Ramírez,
en el día de su acogida celestial por el Padre Misericordioso.
[12. de junio de 2012]

Llueve en el cielo, llueven las lágrimas
cayendo y empapando nuestros corazones
solitarios, sin la presencia de nuestro padre y amigo terrenal.
Hermano Fernando:
Porque fuiste un tierno niño en tu feliz hogar,
noble, cariñoso, obediente y siempre atento a ayudar.
Así te imaginamos, porque sabemos quién fuiste de verdad.
De seguro eras, además un estudiante leal
buen compañero, cumplidor y capaz.

Porque fuiste también un joven alegre y jovial.
Porque mereciste con el amor de la Chabi contar,
Dios te regaló esa mujer bella, santa, fiel y maternal,
Te amó como a nadie y te sirvió como tal.
Porque siempre supiste ser buen hermano en buena hermandad
y el más leal amigo entre los amigos de verdad.

Porque fuiste sociable y el más servidor auxiliar.
Porque actuaste como gran deportista en basket ball
y ceñiste los laureles de Chile acá y en tu vieja Patria lejana inmortal.
Porque te enrolaste radiante como caballero del fuego infernal.
Y tu quehacer en la vida fue sin cansancio laborar
procurando el paso del caminante aliviar con afán.

Porque fuiste modelo de padre amante, esforzado y cabal,
dejando de lado placeres y dichas: ¡trabajar y trabajar!
Eran Chabi y los cuatro retoños tu querer esencial.
Con amor los engendraste de solo un vientre maternal.

Porque fuiste un varón, útil, valioso y charlador eterno ideal,
siempre proclive a despertar alegría y risa fraternal,
siempre dispuesto a acoger y a servir al igual
y también al pobre gimiendo por lo más esencial:
la vida solidaria que hace grande a la humanidad.

Por eso el Señor de los Cielos que acogiéndote está
te recibe hoy con ternura misericordiosa y cordial
y te acompaña con Chabi por toda una eternidad.
¡Y a nosotros nos brotan lágrimas de dolor y felicidad!

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