jueves, 1 de marzo de 2012

Añoranzas... De Félix Pettorino.


                                        Ese esplendor juvenil...

¡Cómo añoro los momentos
tan felices que viví!
El tiempo corría lento,
¡era un sueño en frenesí!

El amor con suave aliento
me alzó rumbo al zenit
junto al ángel de mis sueños
que por fortuna descubrí.

Si la tuviera entre mis brazos,
ebrio de pasión, feliz,
la estrecharía en mi regazo
y la amaría hasta morir.

Su beldad, todo un ensueño
de tantos años sin mí.
No me resigno al recuerdo
de tanto esplendor juvenil.

Ya yo soy un hombre viejo
cual archivo en un atril:
¡mi amada  se fue tan lejos,
y no la puedo revivir...!

Bien parezco un libro añejo
que nadie hará reescribir.
El pasado ya está muerto,
no hay retorno para mí...

¡Oh, el Buen Dios y su cielo...!:
¿podría Él revivir
 a tantos perdidos besos
de ese esplendor juvenil?

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