sábado, 13 de octubre de 2012

José Santos Ossa (Freirina, 01.11.1827 - Costas de isla San Félix, 05.08.1877)


Fue hombre de acción, un pionero incansable,
lo que revela su trágica muerte en el
mar, explorando guaneras en la isla San
Félix. Fue también un padre prolífico, con
11 hijos en dos matrimonios, el segundo,
después de haber quedado viudo. En 1845
era todavía un adolescente de 18 años cuando
don Agustín Edwards Ossandon lo envió
a Cobija donde, a poco rebuscar, descubrió
valiosos yacimientos de guano, además
de ricos minerales de oro plata y cobre
que inmediatamente se dedicó a explotar
con algunos extranjeros, a quienes convirtió
en socios de sus descubrimientos. En
1866, se estableció en Antofagasta, nombre
que eligió porque le pareció más adecuado
que el anodino de “Caleta de la
Chimba” como era conocido ese lugar hasta
entonces. Allí fue donde después de fatigosos
“cateos”, encontró el yacimiento
aurífero de Gordillo, los argénteos de Peiney
Toconao y el cuprífero de El Morado.
Pero todo eso no fue
para él suficiente.
Continuando con sus
búsquedas halló por
fin la novedad del siglo,
el “oro blanco”,
estoes, elsalitre, por
lo cual obtuvo en
1872 la autorización
oficial del gobierno
de Bolivia para que
su Compañía Salitrera
y Ferrocarrilera de Antofagasta explotara,
junto a su socio, Francisco Puelma,
dicho rico mineral en toda esa zona.
Tal negociación lo convirtió en poco tiempo
en el empresario más rico de Hispanoamérica,
ya que creó al efecto el Banco
Ossa, localizado en el puerto de Valparaíso.
Y como si esto fuera poco, se dedicó a
invertir sus pingües ganancias en propiedades
agrícolas del sur de Chile, actividad
en la que prosperó rápidamente gracias al
hecho de haberse suscitado fuertes demandas
de productos del agro desde Australia
y California. Pero no siempre le fue bien:
durante 1873, en una entrevista que sostuvo
con el presidente Federico Errázuriz
Zañartu (1871-1876), le planteó el proyecto
del trazado de una vía férrea desde Caracoles
a Tres Puntas a fin de hacer progresar
la actividad en el desierto; pero el
mandatario consideró estrafalaria la idea
y se negó. Con todo, José Santos Ossa se
resignó, siguió imperturbablemente
su camino,
tan emprendedor
y exitoso como
siempre..., hasta morir
emblemáticamente
en el mar, en 1877,
cuando andaba en
busca de nuevas guaneras
en las costas de
la isla de San Félix.
José Santos Ossa [Freirina, 01.11.1827 – Costas de isla San Félix,
05.08.1877].